“MotoGP en un circuito como Mugello fue demasiado para el cuerpo humano”
Muchos pilotos informaron de que les costó mucho acabar la carrera y Aleix se sinceró: “Si hubiera habido una vuelta más, me habría tenido que retirar”.
MotoGP ya ha presentado un nuevo reglamento técnico que entrará en vigor a partir del próximo 2027, pero mientras tanto, los pilotos están pagando las consecuencias de una guerra aerodinámica que pasó factura especialmente durante este último fin de semana en Mugello. El GP de Italia bajaba el telón con una carrera programada a 23 vueltas (120,64 kilómetros de distancia total) que sobre el papel estaba dentro de lo habitual. Pero la carrera no transcurrió como de costumbre. En una de las pistas más rápidas del calendario, con subidas y bajadas que por naturaleza ya son exigentes para el físico, los pilotos informaron de problemas para completar la distancia total de carrera. Y un Aleix Espargaró que esperaba algo más en la casa de Noale, fue más allá.
“Creo que si hubiera habido una vuelta más, me habría tenido que retirar”, reconoció el piloto de Aprilia nada más bajar de una moto “muy nerviosa que no podía girar ni frenar” en el tramo final: “Las últimas doce vueltas frené con un solo dedo”. Aleix reconoce que no salió con una configuración perfecta, pero ese final agónico “era un problema común” provocado por todos los elementos aerodinámicos que han marcado el porvenir del Mundial en el momento actual: “El nivel de carga aerodinámica que tienen las MotoGP en un circuito así es demasiado para el cuerpo humano”. De hecho, tanta es la influencia aerodinámica en los prototipos actuales, que de un año para otro la carrera fue 23 segundos más rápida en la posición del ganador.
Mugello es un circuito de altas velocidades que acaban con bruscas frenadas como aquella tan exigente en San Donato. El final de esa larga recta con más de un kilómetro es uno de los puntos más críticos del trazado italiano y Pol Espargaró, en su estreno como wild car para KTM, igualó el récord de velocidad máxima con 366,1 km/h en la recta. Y en apenas cinco segundos (tras una frenada de 300 metros), el español afrontaba la curva 1 a 90 km/h. Una exigencia puntual, que de manera reincidente acaba pasando factura como sucedió en el caso de Aleix: “Lo di todo y no esperaba quedar tan atrás. No era un circuito ideal para mí, pero estaba en los tiempos de Maverick y acabé muy lejos de los líderes. El ritmo (en su caso) fue 10 segundos más rápido que el año pasado, pero debemos intentar trabajar mejor. En las últimas carreras ya no estamos en un buen nivel”.