“A Maverick le digo lo que pienso, aunque le cabree”

La relación de Maverick Viñales y Manu Cazeaux viene de hace mucho tiempo. Concretamente desde 2015, cuando trabajó para él por vez primera como jefe técnico en el box de Suzuki. Juntos ganaron entonces una carrera, la de Inglaterra 2016, en Silverstone, y cuando la marca japonesa desapareció del Mundial, al finalizar 2022, Mack pidió a Aprilia que lo fichara para tenerlo de nuevo a su lado en el box. En Austin volvieron a disfrutar juntos del sabor de la victoria, y debería haber más...

“Antes Maverick, cuando se veía con potencial de ganar y caía muy atrás, le generaba un poco de frustración y por ahí su moto no adelantaba y le costaba mucho superar, pero esto lo trabajamos el año pasado y aquí sirvió. Tenía el paso para ganar y puso en práctica lo del año pasado así que eso fue muy importante. La otra clave, seguro, fue el neumático (medio trasero) porque la soft (blanda) se vino abajo. De hecho, me sorprendió mucho la elección de los demás. Sólo Acosta y él llevaron el medio y fueron primero y segundo así que creo que era la elección correcta. En un momento nos vino la duda, porque todos iban con la blanda y nos preguntamos qué hacer”, aseguraba a AS en su box el argentino, afincado desde hace años en Málaga.

Sobre las dudas que le entraron en la parrilla para mantener la idea de la goma trasera media, en lugar de la blanda, como la mayoría, se convenció así mismo de esta forma: “Confiamos en lo que habíamos visto en los datos. Probamos la media en el warm up y, con la evolución que había tenido la pista, tenía más grip con la media que con la blanda, así que dijimos que nos quedamos con la media y que sea lo que tenga que ser”.

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Tipo serio y sobrio donde los haya, lejos de volverse eufórico, Manu asegura que la de Maverick en Austin “fue una victoria épica, pero para saber si fue la mejor, habría que revisar las otras”. La pregunta del millón es si el de Roses podrá mantener este nivel el resto de la temporada, algo para lo que el técnico de Noale tiene clara la respuesta: “Este nivel yo creo que lo tenemos desde Qatar del año pasado, cuando entendimos un poco cómo ir con la 2023. La Aprilia en realidad era una moto para él difícil, que tenía algunos límites que no conseguíamos ni entendíamos, pero terminamos muy fuertes, con una elección incorrecta de goma en Valencia, si no hubiera hecho podio seguramente en Valencia. De hecho, había hecho la pole allí. Y en el invierno se nos complicó un poco todo porque tuvimos muchos problemas en los test con la moto de 2024. Entonces, llegamos a Qatar no en el sitio. Esta moto tenía más potencial que la de 2023, pero tiene un balance diferente y en Qatar lo entendimos, mirando los datos, y en Portugal nos presentamos con modificaciones en la moto para centrarnos donde teníamos que estar centrados, así que o no entendimos nada o vamos a ir fuerte en todas las carreras”. Y aquí rompió a reír.

De sobra es conocido que Maverick no es un piloto fácil de gestionar en el box y que ha optado por cambios de jefes técnicos a lo largo de su carrera, por eso tiene aún más valor la gran conexión que mantiene con Cazeaux. La clave es esta: “Él sabe que, si le tengo que decir algo, le digo lo que pienso, aunque le cabree. Eso lo aprecia y y lo usa muchas veces. Puede haber una discusión, pero tenemos buena relación, buena conexión y al final hay confianza mutua y las cosas empiezan a salir”.

Y una reflexión final sobre su piloto: “Yo creo que Maverick, si no es el de mayor velocidad de los últimos tiempos, es uno de los tres con mayor velocidad. Eso no alcanza no para ganar mundiales, porque ha ganado gente con menor velocidad que él. Osea, que no es no es suficiente. Hay que trabajar en en otras cosas. La Aprilia no era una moto fácil ni para él ni para mí, que venía de un concepto de moto completamente diferente, pero le estamos agarrando la mano y tiene mucho potencial. Hay que sacarle el 100% y él ahora se lo va a saber sacar”.