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DAKAR

Una pieza única termina con el Dakar de Llovera

El piloto de Ford se retira sin ni siquiera haber comenzado la segunda etapa. Falló un “diferencial artesanal que solo tiene este camión”.

Ha'il (Arabia Saudí)
Una pieza única termina con el Dakar de Llovera

No ha podido ser. Un cúmulo de infortunios vuelven a dejar a Llovera sin Dakar antes de tiempo y lo más frustrante, es que ni siquiera podrá sumar kilómetros con un Ford donde esperaban problemas, pero no tan decisivos a las primeras de cambio. Trajeron recambios de todos “menos del diferencial” y precisamente fue esa pieza única la que termina con la ilusión de todo un equipo. Se trataba de “una pieza artesanal que se ha hecho para este Ford, tiene unas medidas que solo tiene este camión y como la segunda unidad no estaba terminada (estaba en proceso de fabricación en la República Checa), no la trajeron. Era la única pieza que no teníamos”, cuenta el andorrano, sobre el motivo por el que termina la aventura.

No hay que buscar culpables a lo ocurrido. “En vez del día 22 de diciembre (día de la Lotería Nacional Española), nos ha tocado aquí, porque que se te meta una piedra de todas las que hay aquí en el soporte de la carcasa y que la reviente”, simplemente es cuestión de mala suerte. Podría haber sido peor, porque la avería provocó una pérdida de aceite que gripó el camión justo a la entrada de un pueblo. “Entré de lado en una frenada de unos 60 metros, explotó el neumático de la izquierda y el otro se deshinchó, desllantó. Un neumático de camiones se quedó cuadrado”, relata a cerca del momento en el que fueron conscientes de la avería. ¿Por qué no lo fueron antes? Porque “no había un sensor que nos avisara de que faltaba aceite en el diferencial”.

Pese a la gravedad, trataron de solventar la avería para poder completar la etapa: “Desmontamos los ejes de detrás para continuar con tracción delantera, y entonces el equipo me dijo que era muy peligroso. Yo respondí que había sido campeón de España de dos ruedas motrices en tierra y que tengo un subcampeonato, pero me comentaron que no era por eso, sino que fue porque me conocen y había unas dunas que no iba a subir, en las que iba a volcar”. El último cartucho lo gastaron al llegar al campamento. Llovera llegó a las dos, pero apuró hasta las 5:15 para irse a la cama ya con la decisión tomada. Y fue dura. “A las cuatro decidimos que estaba todo recalentado, torcido” y que sería mejor volver el próximo año. Porque salvo sorpresa, lo habrá.

“He hablado con Ford y los de España son muy buena gente, lo entienden perfectamente, además ha sido un infortunio. Ellos mismo me lo dicen, ‘con lo que te lo curras, que te pase esto así de entrada es una lástima’, pero debemos tener paciencia”. ¿Cuál es el plan ahora? De partida se quedará dos o tres días más en el campamento, aprovechará para estar por la prensa, vivir unos cuantos días más el ambiente del vivac y sobre todo, “verlo por la tele”: “No me apetece nada irme a casa”. “Margot (su copiloto) se ha quedado tocada, porque ha visto lo que es en carrera y teníamos buen ritmo”, para al menos, disfrutar un poco más. Pero a veces el Dakar es así de caprichoso.