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Dakar | Canet

Edgar Canet: “Si llego a tocar el botón, no me lo perdono”

El español debuta en el Dakar como ganador de Rally 2, octavo en la general y mejor ‘rookie’ de una edición en la que ha recompensado con creces la apuesta de KTM y Red Bull.

21/01/25 DAKAR 2025 
ENTREVISTA PILOTO DE DAKAR
EDGAR CANET

Llegar al Dakar nunca es fácil y a pesar de que era su primera vez en el desierto, Edgar Canet (19 años, Barcelona) hizo que todo pareciese sencillo. Durante más de 20 días, la sonrisa acompañó a este recién llegado que también despertó la ilusión de KTM y Red Bull. Ganador de Rally 2, octavo en la general, segundo de etapa (en la siete) y mejor rookie de la edición, resultaba imposible que esos dos gigantes no sonriesen al compás de un piloto que devolvió con creces una apuesta que también generó dudas. “Se hablaba mucho antes de empezar el Dakar de que si se habían arriesgado demasiado”, admitía el español a AS, tras haberles quitado a base de resultados un peso de encima y haber depositado licencia para soñar.

—Ya está por casa después de todo el recibimiento, el viaje... no sé si le ha dado tiempo a asimilar todo lo que ha conseguido en este Dakar.

—Sí, sí, la verdad es que estoy muy contento del recibimiento que encontré cuando llegué a La Garriga y de momento no he descansado mucho, así que aún estoy en el ritmo de carrera.

—Antes de que empezase todo, ¿se imaginaba así el Dakar o cómo lo había construido?

—Bueno... Sabía que podía salir un buen Dakar, porque Marruecos ya fue una carrera que fue bastante bien. Pero me he sorprendido a mí mismo y además me he encontrado que la carrera es bastante más, mueve bastante más gente de la que yo me podía haber imaginado.

—De toda esa gente que habla, no sé si estará de acuerdo, pero usted ha sido quien ha fomentado eso. Un Dakar es un Dakar y sus resultados han sido lo que han llevado a todo ese movimiento.

—Sí, sí, hemos movido muchísima gente. Estoy muy contento y creo que la gente que se ha dedicado a esto, a mover la imagen, también lo ha hecho fenomenal. Así que estoy muy contento e intentaré seguir el mismo camino para intentar moverlo como lo estamos haciendo ahora.

—Cuando llegó a meta se acordó de un 17 de enero en el que cuatro años antes, había vivido una sensación completamente opuesta (por un accidente que casi le obliga a dejar las motos). ¿Qué supuso para usted que ese mismo día acabase el Dakar de la manera en la que acabó?

—Fue como una especie de trofeo también, sobre todo a nivel personal. Yo creo que, bueno, creo no, lo fue, yo creo que fue un peso que me quité de encima. Ese 17 de enero ya no lo veo con malos ojos, ahora lo veo como el día que terminé mi primer Dakar. Y bueno, sí que cuando se anunció que se iba a correr el Dakar en estos días, del 3 al 17 de enero, recordé ese 17 de enero y dije ‘va a terminar el mismo día que yo tuve el accidente’, pero la verdad es que lo cogí como una motivación, como una meta y al final lo pude superar. Así que estoy muy contento.

—¿Qué le dirías a ese piloto que entonces pudo llegar a pensar que igual las motos no merecían tanto la pena?

—Pues seguramente si ahora pudiera tener una conversación con el Edgar de hace cuantos años, estaría súper orgulloso. Le diría que se esforzara al máximo como estaba haciendo, que todo lo que estábamos haciendo valdría la pena y que disfrute como estaba haciendo, así que estoy contento.

—A usted le vimos muy entero, pero cuando vio a su padre usted también tembló un poco más. Ese momento, ¿fue la reconfirmación de decir ‘papá, gracias, ha merecido la pena’?

—Sí, sí, exacto. Cuando estaba haciendo la entrevista, recuerdo con vosotros y vi a mi padre de fondo, justo cuando estaba explicando lo de la caída... pues me entró un poco de emoción. Tuve que mantenerme ahí las lágrimas, pero la verdad es que sí. Este Dakar ha sido como un regalo para ellos también de todo lo que han sufrido conmigo. Y ahora empieza una nueva etapa siendo profesional, lo cual me motiva muchísimo.

—Se habla mucho del resultado final, pero empezó desde el primer día a devolver la confianza que depositaron en usted para esta carrera.

—Sí, sí, la verdad es que estoy muy orgulloso de toda esa gente que había apostado por mí y se había arriesgado. El hecho de que haya salido bien es un peso también que se quitan de encima, ¿no? Y dar las gracias a todos esos que me apoyaron.

—¿Se quita usted también un peso de encima? Llegó con una mochila cargada por ser piloto KTM, Red Bull, el más joven de la edición...

—Sí... Se hablaba mucho antes de empezar el Dakar de que si se habían arriesgado demasiado, que si iba a salir bien o cómo podía ir. La verdad es que yo estaba muy confiado desde el principio, sabía que si no me volvía loco y salían las cosas como habíamos entrenado, saldrían bien. Pero aun así estoy muy contento de cómo ha salido el Dakar, de poder estar en KTM, Red Bull, que es el equipo de mis sueños, y de poder, pues envolverme de esta gente que tanto me ha ayudado.

—La alegría ha sido doble en KTM porque Sanders se llevó la categoría reina y usted conquistó Rally 2, en un momento donde la marca necesita resultados.

—Bueno, sí, yo creo que ha sido un plus para KTM, ha sido ese pequeño empujón que ahora hacía falta. Yo creo que van a estar todos muy motivados y veo que quedan muchos años todavía por adelante con el Rally Raid, así que hay bastante proyección.

—¿Ha sido importante tener a su lado compañeros como los Benavides o Sanders?

—Sí, sí, me lo he pasado muy bien con Luciano, Kevin y Sanders. Yo estaba de compañero de Sanders en la autocaravana, así que poder aprender de ello, tanto su día a día o en cómo se preparan las etapas, cómo afronta cuando tiene algún problema... pues todo eso me ha ayudado bastante. Poder convivir con el campeón de actual del Dakar me ha ayudado mucho.

—¿Hay algún recuerdo, algún consejo que le llenase especialmente y dijese, ‘este sí me lo tengo que quedar’?

—Mira, recuerdo un día que me perdí en el enlace, 22 kilómetros, ahí fue el momento más crítico del Dakar para mí. La verdad es que me puse muy nervioso y cuando llegué al punto de asistencia hablé con Viladoms (Jordi, director del equipo) y ahí me tranquilizó mucho y eso fue como un, ‘vale, ahora reinicio y empiezo otra vez el día’. Porque Viladoms me ha hecho de psicólogo, de amigo, me ha apoyado en todos los aspectos y yo creo que ha hecho un gran trabajo en ese Dakar conmigo.

—Habla de Viladoms, pero también ha contado con otra figura clave como la de Nani Roma en este Dakar.

—Sí, sí, Nani Roma también. Tanto Nani, como Jordi, como Barreda y muchísimos más pilotos, me han ayudado muchísimo. Me han dado muchísimos consejos y estar día a día con ellos, ver que te tranquilizan, que no te ponen presión, te tranquilizas bastante.

—Recordando el día que se cayó, donde hubo algún momento de duda sobre si pulsar el botón por un dolor en la muñeca, ¿ha llegado a pensar qué hubiese pasado si hubiese pulsado el botón?

—Sí... Pues recuerdo el día siguiente y dije, ‘si ayer llego a tocar el botón y veo que realmente no tengo nada, no me lo hubiera perdonado’. Pero bueno, por suerte no le di al botón, fui fuerte y contento de haber continuado.

—Este Dakar era una aprendizaje para usted y creo que ese momento también le enseñó la ‘cara B’ de la carrera; vio como un año entero de trabajo se puede acabar en un segundo.

—Sí, sí, exacto. He aprendido que en cualquier momento puede cambiar todo, exacto. En el momento que menos te lo esperas. Entonces, ahora pienso, si el día uno del Dakar me hubiera caído y no hubiera podido hacer todo el Dakar, todo este año no hubiera servido para nada. Así que también, yo creo que se aprende de ello y de cara al futuro ya sé cómo se tiene que empezar un Dakar. Al igual no se tiene que ir tan a buscar, a hacer diferencias al principio, sino a saber cómo va a empezar el Dakar que viene, si va a empezar tan duro como este, porque estos cuatro primeros días han sido muy duros. Yo creo que este Dakar, si pasabas esos cuatro primeros días, ya estabas bastante situado y ya podías hacerte una idea de cómo continuaría.

—Usted siempre mantuvo que este Dakar era de aprendizaje, pero también ha sido de sorpresas por su parte. Desde fuera puede hacer parecido una carrera ‘fácil’, pero un Dakar nunca lo es. Si tuviese que decir el momento más duro que vivió, ¿con cuál se quedaría?

—Bueno, el momento más duro... yo creo que fue cuando me caí. En ese momento cuando me di el golpe no sabía si podía continuar o no y pensé, ‘si ahora le doy al botón y que me vengan a buscar se acaba todo’, pero por suerte todo quedó en un susto. Pude reconectarme, pude concentrarme y pude continuar, así que yo creo que ese fue el punto medio donde dije, ‘vale, ahora quedan seis etapas de aquí en adelante, vamos a coger cada etapa como si fuera el primer día, motivación, concentración, que en cualquier momento cambia todo’. Por eso yo creo que en el Dakar cuando hay gente que decía, no, quedan solo dos etapas, digo, si en dos etapas puede pasar de todo en cualquier momento. Entonces yo creo que es eso, estar el 100% del tiempo que estás encima de la moto concentrado, aunque haya momentos donde se te puede ir un poco la cabeza e intentar recorregirlo, yo creo que es lo más importante del Dakar.

—No sé si está de acuerdo conmigo en que el presente es inmejorable, pero el futuro se ve mejor.

—Exacto, yo lo veo bien también (risas).

—¿Cómo se ve en el futuro?

—Pues veo que aún tengo que trabajar muchísimo, que aquí hay muchísimo nivel y tengo que estar todos los días trabajando como he hecho hasta ahora. Con la motivación que tengo de este año, creo que voy a poder trabajar muy motivado durante todo este año, preparándome física y mentalmente, encima de la moto. Voy a poder trabajar ahora con el equipo para hacer un planning y un ‘setting’ en la moto y dejarlo todo a mi gusto para poder ir mejorando.

—¿Asaltar el Dakar es posible?

—Vamos a verlo.

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