Leclerc está crecido y Verstappen sigue vivo, pero Sainz no recupera
El monegasco apunta a la pole en la carrera de casa, aunque Max sigue a dos décimas con un Red Bull menos fuerte. Séptimo de Carlos y décimo de Alonso.
Leclerc está inmenso, pero Verstappen llega vivo a la clasificación más importante de la temporada. El de Ferrari vuela, otra vez estuvo delante desde el inicio hasta el final de la sesión en cuanto los intentos de vuelta rápida se volvieron serios. En su lado del garaje, va todo sobre ruedas. En el de Sainz hay problemas, no fluye. El español se quedó séptimo a siete décimas con un SF-24 que, por la razón que sea, no marca los tiempos del de Charles. Finura del coche, eficiencia del ‘set-up’, confianza del piloto, problemas no resueltos. El monegasco lideró los terceros entrenamientos con dos décimas sobre el Red Bull, aunque Max demostró que aunque este fin de semana su RB20 no sea favorito, él siempre está en la lucha por la pole (16:00 horas CET, DAZN).
Hamilton y Piastri confirmaron que Mercedes y McLaren tienen algo que decir este fin de semana, ambos en el top-4 por delante de Pérez y Russell. Al británico se le vio más apurado, con vueltas muy al límite. Pero los MCL38 iban cómodos y pueden volver a acercarse a las primeras filas, como en Miami e Ímola. En cualquier caso, las diferencias son mínimas. Hay medio segundo entre el 5º y el 15º, entre un coche que aspirará al podio este domingo y otro que caerá en la Q1 en unas horas.
En ese margen, Alonso tendrá que desenvolverse. Fue décimo en la última sesión de entrenamientos, peor que el tercero del viernes aunque más realista, una vez Red Bull, Sainz o McLaren se acercan a sus posiciones naturales. El Aston Martin progresa en comparación con las semanas recientes, es más fuerte en Mónaco que en Ímola o al menos no sufre por los importantes problemas de balance que tuvo en el GP de Emilia Romaña. O quizás el piloto compensa las carencias, que no han desaparecido. En una vuelta inspirada, cualquiera puede dar la vuelta al fin de semana en Mónaco. Aunque al otro lado de la gloria está el muro.