El ‘volantazo’ obligado de Ferrari
Monza recibe a la escudería en una temporada gris, sin victorias en más de un año y con un cambio de concepto en camino para 2024.
Los tifosi esperarán ilusionados, como siempre, en la puerta principal del Parco di Monza, pero Ferrari vuelve a casa con escaso botín para celebrar: entre Italia 2022 e Italia 2023 no han ganado ninguna carrera. Sainz es quinto del Mundial, sin podios; y Leclerc es sexto con dos terceros puestos (Bakú y Spa) y un segundo (Spielberg), acompañados también por las poles de Azerbaiyán y Bélgica. Pero no ganan desde julio del curso pasado, con aquel par de triunfos consecutivos en Silverstone (Sainz) y Austria (Leclerc).
La inconsistencia del SF-23 ha sido una constante durante la temporada, el coche cumplió en circuitos en los que nadie contaba con ellos y falló cuando aspiraban a mejores resultados. Sorprende que un F1 capaz de luchar contra el mejor Red Bull a una vuelta tenga tan poco que ofrecer en carrera en comparación con el RB19. ¿Qué le pasa al Ferrari? Según cuentan, su ventana de rendimiento óptimo es relativamente estrecha y es difícil extraer el máximo potencial de forma continuada. Durante un ‘stint’ de carrera, con el mismo juego de neumáticos, se pueden apreciar esos altibajos de prestaciones.
Con las evoluciones han limitado esos problemas y han recuperado ritmo, pero han surgido otras incidencias. Por ejemplo, el alerón de alta carga aerodinámica para Hungría y Holanda no ha servido. Además, es uno de los coches más sensibles al viento, por ahí llegaron accidentes como los de Leclerc en Miami. Sorprendió ver al monegasco en su versión más discreta en pistas como Barcelona, o Zandvoort en menor medida, cuando es uno de los pilotos más rápidos a una vuelta de esta parrilla. Sainz ha sido relativamente consistente alrededor del top-5, aunque falta ese puñado de podios que termine de entonar una temporada sólida en el plano individual.
“Elecciones incorrectas en el diseño”
En Maranello ya se han dado cuenta de que esta filosofía de diseño en el SF-23 no les permitirá corregir algunas debilidades para acercarse a la primera posición. Fréd Vasseur, team principal, ya confirmó que el Ferrari de 2024 será completamente nuevo; y el director técnico Enrico Cardile reveló en Zandvoort que al túnel de viento ya solo llegan ideas dirigidas hacia la próxima campaña, en la que se modificará el concepto del monoplaza: “No muchísimo, pero sí será muy diferente. Porque al desarrollar el coche de este año nos dimos cuenta de que algunas elecciones de arquitectura no fueron correctas. Limitan mucho el desarrollo, así que para el año que viene no haremos una evolución de este coche, sino que será uno nuevo. Diferente chasis, diferente diseño, diferente tren trasero para permitir un mejor desarrollo aerodinámico”.
Algunos en el paddock se preguntan cómo va a hacer Ferrari para diseñar un coche “completamente diferente” con el mismo equipo que ideó el anterior. Ha habido salidas de algunos miembros cercanos a Binotto y se prevén incorporaciones de ingenieros de prestigio. El problema, como insiste Vasseur, es que se incorporarán gradualmente desde el año que viene porque los contratos de la F1 prevén largos periodos de suspensión al cambiar de equipo. Así, la información que se puede llevar un ingeniero a su nuevo puesto de trabajo no estará actualizada. Los fichajes, que no son públicos, tendrán incidencia en los monoplazas de 2025 o 2026. Y en este contexto, tendrán que convencer a sus dos pilotos para continuar más allá de 2024.