El último baile de ‘Seb’
Vettel, uno de los grandes de siempre, se retira en Abu Dhabi: “Ha sido muy divertido por todo lo que aprendí, pero hay muchas más cosas en la vida”.
Vettel disputará este domingo en Abu Dhabi su último gran premio, hasta nueva orden. La estadística dice que se retira el tercer piloto con más victorias de la historia de la Fórmula 1 (53), el cuarto en número de títulos (4) y poles (57). Con 35 años, hace tiempo que la competición dejó de ser lo más importante de su vida. Marido, padre de tres hijos, implicado en la sostenibilidad, la lucha contra el cambio climático y el activismo, el automovilismo pasó de ser su pasión a convertirse en su trabajo. Quizás así se explica cómo el ganador de un Mundial más joven de siempre (23 años, 4 meses y 11 días), el tetracampeón precoz, se convirtió luego en un aspirante vencido con Ferrari; y en un discreto actor de reparto al volante del Aston Martin.
Pero Seb es un grande. En la pista lo dicen los números y el pedigrí de sus rivales. Desde el prisma ibérico, es uno de los grandes culpables de que Alonso solo tenga dos Mundiales. Así lo desliza el asturiano, que en los últimos años se ha mostrado más cercano al alemán. El Fernando de Ferrari se encontró con Vettel en Red Bull: “Luchamos por títulos o por séptimos puestos, en Japón incluso hasta la misma línea de meta. Disfrutamos cada batalla y nos respetamos al máximo. Mi carrera estará ligada a la de Sebastian, y la suya a la mía, porque peleamos por muchas cosas grandes en los mejores años de nuestra vida. Aunque le fuera mejor a él”.
Después, el Vettel de Ferrari se dio de bruces con Hamilton y Mercedes. “Le recuerdo como un pesado… pero tuvimos grandes batallas, nuestra amistad mejoró mucho (desde Bakú 2017) y, sinceramente, creo que volverá como la mayoría de pilotos”, opina Lewis. No es el único que lo piensa, desde su entorno más próximo confían, esa es la palabra, en que la falta de adrenalina le devuelva a los circuitos más pronto que tarde. Raikkonen corrió hasta los 41 años y Fernando, a esa edad, sigue en activo.
Fuera de la pista, su humanidad está a la altura del palmarés. Ningún piloto hablará mal del hijo del carpintero de Heppenheim. Por ejemplo, los jóvenes de esta parrilla como Sainz o Leclerc recibieron cartas cuando trabajaban en el simulador (de Red Bull y Ferrari, respectivamente) firmadas por Seb, agradeciéndoles su trabajo. Ha sido una figura de la asociación de pilotos y también una bandera para el activismo real, no de fachada: homosexualidad donde está prohibido, feminismo en Arabia Saudí, sequía, deforestación o las abejas de Canadá pueden presumir de embajador en uno de los deportes más seguidos del planeta.
Sirva como ejemplo la particular manera que escogió para oficiar su despedida de la F1: pidió a todo el ‘paddock’, pilotos, equipos, organización y Prensa, salir el sábado por la noche a completar una vuelta a Yas Marina, corriendo o andando. Todos con camisetas blancas con el lema #DankeSeb que repartió la organización del campeonato. En la suya, el mensaje era ‘Danke F1′.
Una nueva etapa en familia
“Desde fuera uno puede creer que es mejor irse por todo lo alto, o ganar el Mundial y luego retirarse. En realidad, lo único que me importa soy yo mismo. ¿Quién tiene que gestionar la retirada? Yo, solo yo. No quiero ser egoísta, pero estoy en paz conmigo mismo. Mi última carrera no será el mejor momento de todas las que he hecho”, cuenta ahora un Vettel maduro y agradecido: “Como familia, simplemente estamos deseando empezar la nueva etapa, que será diferente. No he mirado aún hacia atrás. Es una pregunta para dentro de diez años. Pero estoy muy feliz, tuve muchos grandes momentos y trabajé con grandes personas. Hubo momentos menos buenos, pero sirvieron para llegar hasta aquí. Ha sido muy divertido, eso lo resume. Todo lo que aprendí, todo el apoyo que recibí seguro que me impulsarán en el próximo capítulo”. Salvo que dentro de unos meses llegue hasta su rancho de Suiza el sonido de los tambores de la velocidad.