El mayor espectáculo del mundo
Leclerc se lleva una pole disputadísima por delante de Checo, Hamilton, Sainz y Alonso. Verstappen se quedó sin gasolina, fue octavo. Carrera abierta en Marina Bay.
Diferencias ínfimas, de pocas milésimas, en una vuelta de casi dos minutos y con una pista que cambiaba a cada vuelta, porque conforme se secaba una mancha de agua las décimas brotaban del asfalto. La clasificación del GP de Singapur fue espectacular, muy disputada, porque además de los habituales protagonistas se colaron secundarios de lujo como Hamilton o Alonso, alternándose en la primera posición de un circuito que invita al show. La Q1 y la Q2 con neumáticos intermedios, la Q3 con los Pirelli blandos. Lo más sorprendente es que ningún piloto se accidentó, aunque varios fueran capaces de rozar los muros y salir airosos. Pero esto no es un show, es un deporte, y el mejor este sábado fue Charles Leclerc.
La pole del monegasco no fue una sorpresa, parecía el favorito en cada intento limpio, aunque luego se encontró con más oposición de la esperada además de las recurrentes dudas de Ferrari a la hora de montar uno u otro compuesto. Al final no importó, el algodón no engaña. En agua, la confianza se premia. Charles aventajó a un enorme Pérez en 22 milésimas y al renacido Hamilton con 54 milésimas. Lástima que se cayera del top-3 a última hora Carlos Sainz, cuarto a 0.171. El hueco es pequeño, pero hay dos coches entre los dos Ferrari y eso complica las posibilidades de victoria el domingo, que siempre las hay.
El quinto de Alonso, en el fondo, no es una sorpresa. El asturiano voló con la goma roja desde que la montó y se situó primero al completar la vuelta que sería definitiva para él. Pero llegó quizás demasiado pronto, con mucho tiempo aún para los rivales, y fue superado por cuatro pilotos. Bailaba pegado al hormigón, fueron vueltas frenéticas las suyas, se crece con el agua en la pista porque sabe que iguala las prestaciones de la máquina y saca a relucir las manos del piloto. No es casualidad que Ocon, su compañero, cayera eliminado en la Q1 a las primeras de cambio. Recordó a aquella segunda posición en la parrilla de Canadá, bajo la lluvia. Lástima que esta vez el premio fuera ligeramente menor.
Verstappen apuntaba indudablemente a la primera fila, y aún puede ser campeón este domingo, pero una mala ejecución de la Q3, por su parte o por parte de Red Bull, terminó dejándole octavo y sin marcar crono en la fase final. Abortó la penúltima vuelta, que no era del todo mala a juzgar por los sectores. Y se quedó sin gasolina en la última, así que enfiló al garaje en lugar de cruzar la bandera a cuadros. Desde ahí, cuarta fila, será difícil sentenciar el segundo Mundial, porque más allá de echar cuentas necesita ganar. Y que Leclerc, el señor de las poles en 2022, sea noveno o peor. Pero visto lo que ha sucedido este sábado, quién sabe lo que puede suceder el domingo en la carrera con tantos coches fuera de su posición y una previsión de lluvia que ronda el 80% para antes de la carrera, y el 60% durante la misma.