Bautista regresa con Ducati a MotoGP cinco años después
“Sería brutal verme en la pelea con Bagnaia y Martín. No ayudaría a ninguno. Haría mi carrera y, si pudiera ganarlos, los ganaría, seguro, pero es difícil que se dé esa situación”, dice.
Uno de los atractivos del GP de Malasia en la categoría de MotoGP es el regreso a la parrilla, cinco años después, de Álvaro Bautista. Vestido con los colores del equipo Aruba.it con el que acaba de conquistar su título de SBK, Ducati premia al talaverano con esta participación ante la que se le ve ilusionado en Sepang, por reencontrarse con un paddock que le es muy familiar y porque este fin de semana le sirve para dimensionar aún más su segundo título en el Mundial de las motos derivadas de la serie.
Antes de hablar de MotoGP, aún colea la ley anti-Bautista que se ha creado en SBK para intentar frenar su dominio y que supone la aparición de un peso mínimo al paquete moto-piloto. “Nunca se puede ganar por talento... Se puede ganar porque peso poco o porque la moto corre mucho o por otro motivo, pero el talento nunca se reconce”, dice sonriendo el tricampeón del mundo, porque a los dos entorchados de SBK suma otro de 125cc que tiene muy presente. Se nota cuando dice que “fue una pasada poder ganar el Mundial en casa, en el Ángel Nieto de Jerez. El de 125 lo gané en Australia y el del año pasado en Indonesia, así que pude estar con la familia y amigos, pero tuve mucho estrés después de conseguirlo, con compromisos y dos días de test en Jerez, antes de descansar unos pocos días y venirme a Malasia el lunes”.
Esa nueva ley le hará ganar peso este invierno, porque él está en “67 kilos a día de hoy y la media se ha hecho en pilotos de 80 kilos, con lo que habrá que meterle a la Ducati seis kilos y medio más que dificultarán mucho su conducción”. Por cerrar con este asunto antes de pensar sólo en el GP de Malasia, una sentencia que es una verdad como una catedral: “Entiendo que quieran hacer el campeonato más igualado, pero a lo mejor lo que tendrían que hacer las otras marcas es traer a pilotos que sepan llevar motos bien. Haz algo sin intentar fastidiarme. Coge un piloto en condiciones. Cualquiera de la parrilla de MotoGP lo puede hacer bien en SBK. Que cojan uno de MotoGP y no pilotos que midan 1.90, pesen 90 kilos y estén más fuertes que el vinagre. Los pilotos generalmente son ligeros y los pilotos grandes que se dediquen a otra cosa. Esta nueva norma se va a quedar aquí y los pilotos ligeros seguramente tengan problemas, porque les han puesto un hándicap que no me parece justo. Lo entendería si fuera para motos pequeñas, de Moto3, pero en las SBK, que ni siquiera usamos toda la potencia... Ha sido una pataleta de niño rabioso y han creado una pelota grande que ha llevado a introducir esta norma para ver si nos frenan así. Pero bueno, nosotros trabajaremos más para que no nos intenten frenar, pero no me parece justo”.
En clave MotoGP, categoría en la que su último podio data de 2014, con la Honda de Gresini, se le ve realista: “Objetivo a nivel de resultado, no lo sé. Objetivo real, intentar tener buenas sensaciones con la moto. Si consigo el feeling que tengo con la Panigale, creo que puedo ir rápido. Además, Sepang es de mis pistas favoritas, aunque hace mucho que no ruedo aquí. Será más complicado aquí que en un test acertar con la puesta a punto, porque hay que apretar desde el principio, pero intentaremos hacerlo lo mejor posible. ¿Un resultado? No lo sé, porque en un segundo tienes a veinte tíos”.
Y ante la pregunta de qué haría si se encuentra en medio de una pelea en Sepang entre Bagnaia y Martín, los dos primeros de la general con 12+1 puntos de diferencia entre ambos, resopla, sonríe y dice: “Sería brutal e increíble verme en la pelea con Bagnaia y Martín, pero yo no ayudaría a ninguno de los dos. Haría mi carrera y, si pudiera ganarlos, lo intentaría, seguro. Lo tengo claro, pero hay que ser realista y es bastante difícil que se dé esa situación, pero nunca se sabe”.