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FÓRMULA 1

Un 'marrón' para Mick Schumacher

Magnussen, el relevo de Mazepin, es un piloto contrastado y un compañero exigente para el hijo del 'Kaiser'. "Volver a la F1 significa mucho", reconoce el danés.

Bahréin
Mick Schumacher junto a Keving Magnussen en la presentación de la temporada en Bahréin.
Mark Sutton

Es difícil ponderar las habilidades de Mick Schumacher como piloto porque siempre contó con las mejores herramientas en su ascenso por las categorías de monoplazas. Corrió en Prema en la F3 y F2, ganó ambas, hasta llegar a la F1 con Haas. En el equipo norteamericano se subió a un coche mediocre y se midió con un compañero tan novato como él, Nikita Mazepin. En general, estuvo delante, aunque el ruso nunca pareció una vara de medir realmente exigente.

El enorme rechazo internacional que generó la invasión de Rusia a Ucrania propició que Haas renunciara al patrocinador ruso Uralkali, sobre el que se sustentaba Mazepin, y debieran buscar un piloto nuevo. Entonces, Guenther Steiner llamó a Kevin Magnussen, de 29 años, con 120 carreras de Fórmula 1 a sus espaldas, 158 puntos en grandes premios y un podio (2º, Australia 2014). Ha pasado por McLaren o Renault antes de Haas, conoce la escudería y su velocidad está contrastada. La de Mick, aún no.

"Creo que puedo beneficiarme de su experiencia, y también que es una buena referencia. Ahora puedo medirme y tener la presión, para rendir bajo presión", reconoce el joven alemán, que pronto cumplirá 23 años. Ve el lado bueno de contar con un compañero más experimentado.

Magnussen, hijo del también piloto Jan Magnussen, celebra la oportunidad porque además era inesperada: "Significa mucho volver, la F1 es mi sueño y la cima del automovilismo. He tenido varias temporadas, pero con este regreso parece que el sueño se cumple otra vez. Casi tan bien como la primera vez, porque era tan inesperado. Es genial".

Un fichaje frenético

"Me iba a Estados Unidos para hacer Sebring la semana que viene y luego de vacaciones con mi familia y amigos. Estaba en Miami, pero Guenther me llamó y me preguntó si estaba disponible e interesado en el volante. Le dije que sí, pero que debía resolver un par de cosas, y dos días después iba en un avión con mi familia a la otra parte del planeta", cuenta el danés sobre su frenético fichaje por Haas. Ahora celebra la experiencia que ha adquirido fuera del Gran Circo: "No sé si es una ayuda, pero es divertido haber pilotado coches diferentes, lo he pasado muy bien. Hice Le Mans con mi padre, fue muy divertido aunque la carrera fuese una mierda. Y con el Haas estaba muy cómodo en el test, no parece que me haya perdido una temporada entera. Estoy bien".