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F1

Masi ya no es intocable

El nuevo responsable de monoplazas de la FIA admite que "puede que haya un nuevo director de carrera". La presión tras el incidente de Abu Dhabi se intensifica.

Actualizado a
Michael Masi.
Mark Thompson

Es invierno, pero no hay descanso para la Fórmula 1 ni siquiera en sus más altos estamentos. La presión desde Inglaterra hacia la FIA por lo que algunos denominan final injusto, el que dio el título a Verstappen sobre Hamilton, apunta a un nombre: Michael Masi. El desenlace del GP de Abu Dhabi y la retirada del coche de seguridad, a una vuelta del final y sin tiempo para que todos los pilotos se desdoblaran, transita por algunas irregularidades del reglamento (aunque el director de carrera tiene potestad para retirar el safety car cuando le parezca) y la tensión que parece generar el entorno de Mercedes, cuestionando la continuidad de Hamilton, exige cambios a la hora de gestionar estas situaciones en la F1 que parecen ir obligados de caras nuevas al frente.

Hasta ahora era todo palabrería, pero en un artículo publicado este jueves en 'Die Presse', el nuevo responsable de monoplazas de la FIA, Peter Bayer, abre la puerta a un relevo en el cargo más importante de la F1, y la BBC ya se ha hecho eco de estas declaraciones: "Michael (Masi) hizo un súper trabajo en muchas maneras, y se lo hemos dicho. Pero también existe la posibilidad de que haya un nuevo director de carrera". Entre las variables que se tratan, no se descarta establecer una estructura deportiva para aliviar las funciones del director en situaciones críticas, como aquella de Yas Marina. También un sistema equivalente al VAR.

En cualquier caso, no todas las escuderías de la F1 comparten la presión sobre una pieza clave del organigrama, y es que los equipos no eligen, ni deben elegir, a los árbitros que regulan la competición. Mientras Hamilton guarda silencio (no aparece por las redes sociales desde aquel domingo de diciembre en que perdió el Mundial) y Mercedes transmite su enfado, todos miran a la FIA. Y en la FIA, con un nuevo presidente (el emiratí Ben Sulayem sustituyó en diciembre a Jean Todt), es inevitable que haya aires de cambio. Masi ocupa el cargo desde el GP de Australia de 2019, cuando falleció Charlie Whiting. El próximo 14 de febrero se reunirá la comisión de F1 (equipos, Liberty y FIA) y se tratarán estos temas.

Sin embargo, esta situación enfangada también deja entrever algunos de los vicios que arrastra el campeonato. De tradición inglesa, con una amplia mayoría de escuderías situadas en Reino Unido y acento ‘British’, sorprende que para lo que una mayoría del paddock considera un final apoteósico, a la altura de los mejores desenlaces de la historia del deporte, aún se vierta a la opinión pública con cierta insistencia que se trata de la mayor polémica que ha conocido el Mundial. Un campeonato que, por otra parte, arrastra tantos escándalos como tardes de gloria.

De la polémica a la estrategia

Deportivamente, Hamilton perdió sus opciones cuando Mercedes decidió que no pasara por boxes a cambiar ruedas, seguros en su equipo de que el coche de seguridad no se retiraría y la carrera decisiva del campeonato terminaría tras él. Si le hubieran parado, y Verstappen no lo hubiera hecho, el inglés habría fulminado a Max en la resalida. Si ambos hubieran cambiado los neumáticos, la ventaja posicional era también para Lewis.

Más allá de algunas incoherencias (como que no todos los coches se desdoblaran) y de cierta inconsistencia al aplicar las normas a lo largo de la temporada, la opinión general de las voces del paddock no apreció nunca una tendencia de Masi a perjudicar a Mercedes que muchos le achacan después del GP de Abu Dhabi. Hubo momentos más duros, en el asfalto, que no fueron después tan polémicos. Sin ir más lejos, Hamilton chocó con Verstappen en Silverstone, fue declarado "predominantemente culpable" y aun así obtuvo 26 puntos de renta aquel domingo. Entonces nadie pidió la cabeza de nadie. Ahora, no está tan claro.