Lección de pundonor de Barreda

Las motos necesitaban un día normal para salir al fin del bucle de etapas neutralizadas en el que se metieron en Riad, y lo tuvieron en la séptima camino de Al Dawadimi. Esta vez no hubo nada que se entrometiese en su camino en los 400 kilómetros de especial y todo transcurrió con normalidad. Ahora bien, lo que no es para nada normal fue lo de Barreda. El de Honda, con una fractura de clavícula y todo el costado izquierdo magullado, no solo llegó entero a meta, sino que lo hizo ¡tercero!

En la jornada de descanso, al de Castellón le costaba hasta andar, pero debió de sentarle bien el reposo porque al día siguiente no contemporizó, sacó fuerzas donde seguro que le faltaban y se metió en el 'podio' del domingo a menos de tres minutos de su compañero Cornejo, que lideró los tiempos, y dos por detrás de Kevin Benavides. Toda una lección de pundonor de Barreda con la que mantiene viva la esperanza de seguir en la lucha por muy difícil que parezca, aunque no para él, que renunciaba a tirar la toalla por ahora.

A la vista está que no debe hacerlo, porque pasa de perder 26 minutos con el líder, a menos de nueve. Un recorte notable que se debe a dos motivos. El primero, que Sanders, que debía abrir la etapa y era uno de los más fuertes hasta ahora, tuvo un accidente en enlace hasta la salida y acabó en un hospital con fracturas en el codo y la muñeca izquierda. Eso hizo que otra GasGas, la del líder Sunderland, abriese fuego, lo que le costó 25 minutos. Un descalabro que aprieta la clasificación y hace que Van Beveren herede su primera posición.

Pero con Barreda no acaban las buenas noticias en cuanto los intereses de los españoles, y del resto de perseguidores, porque Santolino asciende al Top 5 de la general a menos de siete minutos del francés de Yamaha. El salmantino también fue quinto del día, a ocho minutos de Cornejo, y pega un bocado de diez minutos respecto al líder. Son siete pilotos, hasta Barreda, los que están en ocho minutos y medio: Walkner, Benavides y Sunderland por delante de Lorenzo, y Quintanilla entre los españoles. Al menos, aquí sí hay emoción.