Un desenlace "inaceptable"
Mercedes enfanga el final del Mundial y amenaza con una apelación a la Corte Internacional de la FIA. Sólo Hamilton y su padre felicitaron a Verstappen.
Terminó la carrera y Russell, futuro compañero de Hamilton, escribió en Twitter: "Esto es inaceptable". Hace méritos como piloto de Mercedes. La escudería de Brackley puso dos reclamaciones inmediatamente después de la conclusión del gran premio, una porque Verstappen había llegado a adelantar a Hamilton durante el periodo de coche de seguridad y otra, porque los coches con vuelta perdida que no estaban entre Lewis y Max no pudieron desdoblarse antes de la resalida. La FIA desestimó ambas quejas después de un par de horas de deliberaciones y Mercedes comunicó en Twitter que informaban de su intención de apelar, un trámite necesario para presentar en las próximas horas la protesta correspondiente.
En los canales oficiales de la firma de la estrella no hay felicitaciones al ganador ni reacciones de los protagonistas. Nada. Suspendieron todas las ruedas de prensa programadas, Lewis no acudió a la conferencia posterior al podio y Toto se marchó tras el carrusel de visitas a comisarios sin atender a los medios. Algunos mandos intermedios sí se dejaron ver por el paddock. Sólo Hamilton dio la enhorabuena a Max y descorchó el champán con él, intercambiaron gestos un par de veces durante la ceremonia. Igual que Anthony Hamilton, padre del siete veces campeón, tuvo un emotivo gesto cariñoso con Jos y Max Verstappen.
Pero la espantada de Mercedes, su intento de enfangar el final del campeonato, deja un regusto amargo a una temporada increíble en lo deportivo, también para ellos. Lograron su octavo título de constructores y Hamilton alcanzó un nivel estratosférico que le llevó a remontar hasta el empate a puntos. Y que, en Abu Dhabi, en 99 de 100 escenarios posibles, se habría proclamado campeón. Con ese ritmo incontestable, sólo podía perderlo con un coche de seguridad tardío que le impidiera parar a cambiar neumáticos y sí se lo permitiera a su rival. Justo lo que sucedió. "¡Michael, esto no está bien!", dijo Toto por radio a Masi. Antes le había espetado: "¡Este coche de seguridad influirá en la carrera!". El australiano, criticado por Red Bull y por Mercedes casi a partes iguales, le respondió con ironía: “Esto son carreras de coches”.
¿Qué pretende Mercedes ahora? Una vez descartada la primera petición, porque era anecdótico que Max superara por centímetros a Lewis en un momento del coche de seguridad, cuestionan el procedimiento de resalida posterior. A la vista del domingo por la noche acudieron Ron Meadows (director deportivo), Andrew Shovlin (director de ingeniería) y Paul Harris, abogado especialista en derecho deportivo (que levantó la sanción que impedía al Manchester City participar en la Champions) por parte de Mercedes; Jonathan Weathley (director deportivo), Christian Horner (team principal) y Adrian Newey (ingeniero jefe) de Red Bull. La reunión tuvo un receso para que Red Bull revisara su estrategia y Masi se unió a la segunda parte.
La letra pequeña del reglamento
Según el documento oficial, Mercedes “argumenta dos infracciones en las reglas deportivas, porque cualquier coche doblado debe desdoblarse” y porque “cuando el último doblado adelante al líder, el coche de seguridad debe regresar al pit lane al final de la siguiente vuelta. Red Bull responde con las reglas en la mano que "cualquier doblado" no significa "todos los doblados" y que el director de carrera tiene autoridad para relanzarla y guardar el ‘safety car’ en la misma vuelta. Los comisarios admiten que no se siguió al pie de la letra el artículo 48.12, pero que una vez se despliega el mensaje ‘safety car in this lap’, este debe retirarse. Parece evidente que la F1 quería terminar el Mundial en la pista y no había tiempo para que todos se desdoblaran.
Ahora, son Toto Wolff y compañía quienes deben decidir si presentan una apelación completa a la Corte Internacional de la FIA, que pudiera revisar el resultado del Mundial, aunque eso generase a la vez una crisis de reputación para el equipo más sólido de la historia de la F1, el único con ocho títulos de constructores consecutivos. Ola Kallenius, CEO de Daimler, estaba en Abu Dhabi y asistió a la sucesión de protestas. Se antoja inverosímil que los despachos alteren un momento histórico del automovilismo, esa última vuelta de Verstappen y Hamilton que supera cualquier final apoteósico en el Gran Circo. Precisamente, esa es la mayor decepción y, quizás, lo “inaceptable” de esta conclusión: no quieren hablar de pilotos, sino de abogados.