El Quartararo más personal: "Cristiano Ronaldo es mi ídolo"
El francés habla con AS sobre sus aficiones fuera de MotoGP y reconoce su admiración por el jugador de la Juventus: "Me da una motivación bestial".
Pese a que hace alarde de forma indirecta de una madurez impropia de su edad, Fabio Quartararo no deja de ser un joven de 22 años que más allá del asfalto, también disfruta de una vida corriente como cualquier otro chico de su edad. El francés se sincera con este diario sobre su día a día, aficiones, referentes y una tarea pendiente: vencer al mejor Márquez en el cuerpo a cuerpo.
—Hablando de otros asuntos, ¿es cierto que es un loco de la moda?
—Sí, me gusta mucho.
—Algún consejo podría darme, porque yo soy un desastre para combinar colores…
—Sí, pero siempre va con zapatillas buenas.
—¿Le gustan mucho las Nike Jordan?
—Sí, creo que son mis favoritas y las de 'glow' (zapatillas urbanas). Me gustan mucho, pero en un circuito no puedes enseñar tu personalidad.
—¿Le gustaría ir vestido a su bola en vez de con el uniforme del equipo?
—Claro, pero eso no puedes hacerlo.
—¿Qué ropa se pondría? ¿Cuál la que más usa?
—La 'streetwear' (un estilo desenfadado e informal que le da prioridad a la comodidad). Soy lo que suelo ponerme, aunque para cenas elegantes me visto mejor.
—¿Tiene novia en la actualidad?
—No.
—¿Le surgen más posibilidades desde que es estrella en MotoGP?
—(Sonríe). Eso depende mucho siempre de los seguidores que uno tenga.
—¿Está en guardia con la gente de su alrededor?
—En guardia, sí, porque no sabes para qué se te acercan o te escriben. Si es por tu personalidad o por quién eres. Es difícil. Prefiero las relaciones cara a cara, pero hoy en día todo se hace más por internet.
—¿Sigue siendo muy futbolero?
—Sí. Soy del Niza, pero soy más de jugadores que de equipos.
—¿Su favorito?
—Cristiano Ronaldo es mi ídolo. Es una referencia del deporte, no sólo del fútbol, y he celebrado alguna victoria como él sus goles. En Portugal lo hice así y grité ‘Siiiiuuuu’ dentro del casco. Ronaldo es el ejemplo más grande que yo puedo tener.
—¿Lo conoce personalmente?
—No, y me gustaría. Muchas veces veo un vídeo suyo antes de salir a pista que me da una motivación bestial. Es el de cuando perdió 2-0 con la Juve contra el Atlético de Madrid y luego pasó por la zona mixta y dijo: “Yo he ganado cinco Champions y vosotros cero. Veremos a la vuelta qué pasa”. Y a la vuelta hizo el triplete con la Juve. Tengo más vídeos, pero el que veo más veces es éste.
—Dicen que igual va al PSG el año que viene para reunirse con Messi y Neymar…
—Sería un equipazo aún más grande de lo que ya es.
—A Neymar sí le conoce, ¿no?
—Sí, cuando aún estaba en el Barça, hace casi cinco años. Es al primero que conocí de estos.
—Le gusta mucho mezclarse con deportistas de élite, ¿por qué?
—Sí, porque puedes coger un poco de ejemplo de cada uno. Y Neymar me sorprendió mucho cómo es como persona.
—¿Qué otros ídolos o referentes tiene?
—Hamilton, Rossi, Federer, Jordan. Son líderes y todo el mundo sabe quiénes son aunque sean aficionados a su deporte.
—¿Qué tiene que pasar para que Quartararo sea considerado un día así?
—Ganar por lo menos cinco mundiales. (Se ríe).
—Eso es nivel Doohan. Para el otro nivel hacen falta aún más títulos…
—(Risas). Depende también de cómo seas como persona, de si eres más o menos atractivo a la gente. No es cuestión de ganar más o menos. Un piloto puede ganar 15 mundiales, pero es muy difícil llegar al nivel de Rossi en cuanto a personalidad se refiere.
—También depende de cómo se gane y, en ese sentido, imagino que tendrá ganas de que Márquez vuelva a estar a tope…
—Sí, es algo de lo que tengo muchas ganas, porque las dos veces que hemos peleado cuerpo a cuerpo hasta el final no tuve la oportunidad de ganarlo. Tengo ganas, incluso aunque no le ganase, porque contra él he aprendido cosas.
—¿El qué?
—A cómo ganar un título. En Tailandia él sólo necesitaba acabar delante de Dovi para ser campeón, pero luchó conmigo hasta el último metro por la carrera, y eso es de un grande.
—Le deseo mucha suerte y me sigue encantando que no se le haya subido a la cabeza el éxito.
—Muchas gracias. Hay que seguir.