El peor enemigo de Marc Márquez en el Mundial

Rebobinemos hasta 2015: “Cuando las cosas no van bien, siempre pasa todo en el mismo año”. Y no le ha vuelto a faltar razón. Hace cinco temporadas, Marc Márquez resumía así su actuación después de sumar su quinta caída en lo que iba de un curso, que terminó con seis ceros en carrera. Y ahora, centrándonos en el presente, esas palabras también pueden sintetizar un año en el que tras el fallo de Jerez, la lesión que sufrió el ilerdense no solo le dejó KO a las primeras de cambio sino que además, ha ido acompañada de complicaciones que le han hecho pasar por el quirófano hasta en tres ocasiones.

A priori la tormenta ya debería haber pasado y de hecho, en el horizonte del octocampeón se vislumbra la calma. Pero además de otro año de aprendizaje como lo fue aquel en el que Lorenzo consiguió su tercer título de MotoGP, Márquez ha reconocido que forzar su vuelta en la segunda cita de Jerez “fue un error”, este 2020 ha dejado en evidencia como las caídas se han convertido en su peor enemigo. Pese a los duelos de última vuelta que ha cedido el ilerdense en la clase reina, de los 41 que ha disputado solo ha logrado imponerse en 21 de ellos con los 20 restantes a favor de sus rivales, únicamente las caídas le han impedido conquistar un Mundial que ha estado más repartido que nunca en su ausencia.

Si bien en 2015, temporada que se recuerda como aquella en la que Márquez perdió el título por su ambición, el ilerdense necesitó seis ceros para despedirse del campeonato, en un curso como 2020 donde la clave era reducir al mínimo los errores ante un calendario tan comprimido, el piloto de Honda tan solo necesitó de una caída para volver a ceder la corona. Sin el vigente campeón en pista fueron hasta nueve los pilotos que consiguieron subir a lo más alto del podio, con un total de quince diferentes visitando el cajón, y eso se resumió en un reparto de puntos que le han dado el título a Joan Mir con el menor porcentaje que se registra desde que Marc desembarcó en la máxima cilindrada.

El piloto de Suzuki consiguió su primer entorchado de MotoGP tras haber sumado 171 puntos, lo que supone una cantidad inferior a la mitad (48 %) de la que aspira cada piloto durante una temporada. Tan solo un año antes, Márquez ganó más del 88% de puntos que pretendía para lograr su sexta corona en la máxima categoría, siendo ésta su mejor cifra desde que desembarcó en dicha cilindrada en 2013. Entonces conquistó 334 puntos por los 362 de un 2014 de récord en cuanto con trece victorias y fue, después de dejar escapar el campeonato a favor de Lorenzo un año más tarde, cuando el ilerdense registró su peor puntuación.

En tres cursos donde Honda comenzó por cambiar la configuración del motor para restarle agresividad, generando carencias en la aceleración y la velocidad punta de su máquina, Márquez también sufrió aunque sin caer en la ambición. El ilerdense no fue capaz de alcanzar los 300 puntos en 2016 y 2017 pese a proclamarse campeón, y aunque en 2018 volvió a superar esa barrera, su porcentaje supuso el segundo más bajo de toda su trayectoria en MotoGP: 67,5%. La clave entonces estuvo en una regularidad que alcanzó gracias a la madurez que le dio 2015 y que, muy probablemente en su regreso, le permita seguir marcando el nivel en la categoría. El vigente campeón ya le espera desde “el primer test” y aunque ese parece un objetivo demasiado ambicioso para la realidad del octocampeón, hablando de Marc nada es imposible. Aunque ahora que vuelve con la lección aprendida, probablemente Mir deba esperar un poco más…