Joan Mir: "No ayuda para nada ser prepotente en el deporte"
Joan Mir, uno de los Premios AS del Deporte 2020 tras su título de MotoGP, asegura que siente admiración por Rafa Nadal y Gasol.
A sus 23 años, Joan Mir ha entrado por méritos propios en el olimpo del deporte español. Su nombre ya está al nivel en la clase reina del motociclismo de los de Álex Crivillé, Jorge Lorenzo y Marc Márquez. Ahora, con el Premio AS del Deporte 2020 que recibe en reconocimiento a su título de MotoGP, mira de igual a igual a mitos como Ángel Nieto o Carlos Sainz, premiado también este año. Sin embargo, la palabra que más repite el balear es "humildad", lo que supone una prueba más de la inteligencia que exhibe cada vez que sube a la Suzuki para dar gas.
"Que me empiecen a reconocer como uno de esos deportistas tan icónicos del deporte en general, me enorgullece un montón. Lo que hemos hecho este año es muy grande y es lo máximo que se puede conseguir aquí, en el Mundial de MotoGP. Es normal que ahora te den premios al nivel de esta gente, pero es algo que yo no me esperaba", asegura el bicampeón del mundo, porque también tiene el título de Moto3 conquistado en 2017, para agradecer el Premio AS del Deporte.
Empieza la exhibición de humildad del flamante campeón: "Si se me subieran las cosas a la cabeza, me pondrían en el sitio rápido. Si no das el cien por cien en la pista y no trabajas con la misma humildad y las mismas ganas, se te sube esto a la cabeza rápido y luego te confías, no das al gas y no vas rápido. Ser prepotente no ayuda en el deporte para nada, aunque sí que tengo claro que es una pasada que asocien tu nombre al de otros deportistas tan importantes, y con tan poco tiempo como llevo en el Mundial…".
Mir es el primer sorprendido de lo rápido que ha llegado a la cima. Empezó a competir en el Mundial en 2016 y tan sólo cinco temporadas después ya es campeón de MotoGP. "Eso es la bomba. Ya todo lo que haga después de esto, entre comillas, me sobra", dice al respecto, antes de hablar de a quién admira y en quién se fija: "Admiro a Nadal, porque es mi paisano, pero también por la humildad que expresa y llega a la gente de él. Creo que lo ha hecho muy bien y que tiene muy buena imagen. Me gusta mucho. Y también me gusta mucho Gasol, por su forma de ser. Me fijo mucho en los deportistas de alto nivel, porque son gente que tiene más experiencia que yo, y quiero aprender de ellos".
El hijo de Ana Mayrata y Juan Mir se siente un privilegiado por la vida que lleva y la que le espera: "Tendría que ser muy tonto para que el día que me retire de las motos tuviera que ponerme a trabajar. Tendría que ser muy tonto, la verdad". Y tiene también claro sus planes de futuro con vistas al día que ya no corra en MotoGP: "Me gustaría vivir cerca del mar, tener un barco si puedo y disfrutar luego de la vida y de entrenar. Igual cuando cuelgue el mono en MotoGP me animo a hacer un Dakar o cualquier cosa de estas. Me gusta mucho el off road. El motocross ya me pillaría tarde, por eso digo que me veo un día en el Dakar".
Para eso queda tiempo. Aún no tiene programada una edad ideal hasta la que estar corriendo y para cuando llegue ese momento espera haber repetido la sensación vivida el 15 de noviembre en Valencia, el día de su coronación en MotoGP: "El objetivo ahora es conseguir más títulos y no me conformo con lo conseguido hasta ahora. Si me retiro algún día con mi palmarés actual, habría ganado más de lo que me había imaginado cuando comencé, pero no creo que acabe aquí. No lo creo". Tiene ambición: "Hay pocas cosas que me dejen plenamente satisfecho. He ganado el primero de MotoGP y ya estoy pensando en la forma de volver a ganar. Y creo que me seguirá pasando si llego a ganar un segundo o un tercer título de MotoGP, porque siempre estaré pesando en cómo volver a conseguirlo. Esto es como el hambre".
Mir imagina una nueva victoria con el gran ausente de este año, tras la segunda cita, ya en pista. "De verdad que ya estoy pensando en ganar otra vez y, a ser posible, con Márquez sobre la pista, y de nuevo con Suzuki, que mola más hacerlo". La pregunta es si se puede ganar a Marc sin lesión de por medio. Responde inmediatamente: "Sí, sí que se le puede vencer". Su conciencia está muy tranquila, porque ya dijo antes de ser campeón que "a Márquez no le ha raptado nadie este año" y exclama "ostras" antes de dar su teoría: "Si tuviéramos que quitar títulos mundiales por las veces que ha pasado esto en el mundo del motor… No hablo sólo de las motos sino del motor en general. Y en nuestro campeonato, por ejemplo, Schwantz ganó el título coincidiendo con la lesión de Rainey y no se le puede discutir".
En el apartado de las felicitaciones por su éxito, la de Márquez le llegó "sólo por las redes sociales", pero hay una de un compañero de parrilla que sí le llegó de viva voz y que se nota que le hizo especial ilusión, porque se le ilumina la cara al revelarlo: "Rossi sí me ha felicitado personalmente y puedo decir que eso mola. Me cogió por ahí en el paddock de Valencia, me dio la enhorabuena, me dijo que me lo merecía y que había hecho un gran trabajo".
Rossi peleaba por el Mundial de 2015 cuando Mir coincidió con él por vez primera en un gran premio. Fue en el de Francia, pero entonces ni el italiano ni casi nadie conocía al balear. Corría en el FIM CEV Repsol, que coincidía en el circuito de Le Mans con el Mundial de MotoGP, y Mir protagonizó uno de esos momentos que le cambian la vida a un deportista. Salía muy atrás en la parrilla y en muy pocas vueltas se puso primero, con adelantamientos de todos los colores, y se fue al suelo nada más ponerse líder. Llegó al box abatido y mientras lloraba desconsolado decía al mismo tiempo que había perdido la oportunidad de su vida para que se fijaran en él y que alguien le fichara para poder correr en el Mundial. Su técnico, Christian Lundberg, le intentaba tranquilizar diciendo que al contrario, que había dejado su sello y que ahora todo el mundo sabía quién era Joan Mir...
El tiempo dio la razón al excelente técnico italiano, con el que fue campeón de Moto3 en 2017 y el hoy campeón de MotoGP aún se emociona recordando esa historia y le dice a aquel desconsolado chaval de 18 años "que no cambie nada, que va bien, que tire y que los sueños se cumplen a base de esfuerzo, sacrificio y, sobre todo, humildad. Si no tienes humildad, nunca vas a sacrificarte más que otro, porque piensas que eres mejor que él. La humildad es muy importante para el deporte". Y también para la vida.