Yamaha se olvida del muro
Maverick reconoce que ojeaba la telemetría de Rossi "en zonas donde no podía ir rápido" y ahora, con la llegada de Quartararo, espera mejorar su "velocidad a una vuelta".
A punto de cumplirse una década de la primera corona de Jorge Lorenzo en la clase reina, también se cumplirán 10 años del famoso muro que se levantó en Yamaha para individualizar el trabajo de un equipo que se fragmentó hasta el punto de terminar el año con la salida de Valentino hacia Ducati. El italiano ponía rumbo a la casa de Borgo Panigale afirmando que "el muro no había sido muy útil" porque toda su experiencia fue "pasada a Lorenzo" y en su vuelta al equipo de los diapasones, se vivió la misma historia... hasta que Maverick llegó al garaje.
Desde entonces se instauró en Yamaha un ambiente completamente diferente y tras haberse anunciado el fichaje de Quartararo como compañero del de Roses a partir de 2021, Viñales se mostró "un poco triste" por el adiós de un Valentino que espera "que siga en pista en 2021". Maverick reconoce en 'Motorsprint' que son "buenos compañeros de equipo" tras haber compartido tres años junto a un piloto del que ha "aprendido mucho", del que "miraba su telemetría en las zonas en las que no podía ir rápido" y que, sobre todo, le "enseñó a dar un paso más los domingos". La clase estrella de Valentino.
El crecimiento junto a un nueve veces campeón ha sido incuestionable para Maverick durante su etapa en Iwatta y ahora, con él llevando la voz cantante en el garaje, también espera seguir aprendiendo de un compañero que será "su primer rival a batir". Pese a la corta experiencia de Quartararo en MotoGP, Viñales está convencido de que "será muy útil tener su ‘feedback’ cuando pruebe cosas nuevas" y tras las lecciones que ha recibido hasta ahora en carrera, ahora toca fortalecer su otra flaqueza, las clasificaciones: "Uno de los puntos fuertes de Fabio es su velocidad a una vuelta, con él en el box quizás pueda mejorar mi 'time-attack". El de Roses quiere seguir creciendo para ser campeón con una fábrica que le ha proporcionado "una gran confianza" y en equipo, ahora tiene "tres años por delante para estar con ellos y conseguirlo". Sin muros, y con trabajo.