Más de dos meses extras. Este es el lapso que están disfrutando los ingenieros del Mundial de MotoGP 2020 para, tomando como referencia los datos recopilados en los test de Sepang y Qatar, perfeccionar la aerodinámica, la electrónica o el motor de sus nuevas creaciones antes de viajar a Jerez de la Frontera para comenzar un campeonato donde el coronavirus está afectando gravemente a su desarrollo.
Precisamente, el último apartado anteriormente mencionado, intentar poseer el 'corazón' más potente y manejable de la parrilla, va a seguir siendo la gran batalla de los técnicos de la clase reina en 2020. Porque una temporada más, los seis fabricantes han seguido diferentes estrategia para tratar de conseguir este arduo objetivo.