Anatomía del MCL35: por qué hay tanto optimismo en McLaren
McLaren presentó ayer en Woking el monoplaza que pilotará Carlos Sainz en 2020. Hereda conceptos de 2019, pero es el F1 más cambiado de todos los que se han presentado.
Avisaron un par de veces: “No se asusten, que habrá ‘flashes”. Se apagaron las luces, empezaron los destellos y el flamante McLaren MCL35 apareció de fondo para deslumbrar. Fue desvelado ante un selecto grupo de invitados, medios y aficionados ayer en Woking. El monoplaza de 2020, el primero que firma James Key como director técnico y Andreas Seidl como jefe de la escudería, el que nace con el reto de consolidar la remontada y acercar a la firma británica a los tres equipos ‘top’ de la mano de Carlos Sainz y Lando Norris. Y lo que se vio gusta: coinciden los pilotos, los miembros del equipo y los ‘entendidos’ consultados por este medio tras el evento.
En el plano técnico, el coche es una evolución de su predecesor, el MCL34 de 2019, pero a simple vista incluye más novedades que el resto de los mostrados hasta ahora (Haas, Ferrari y Red Bull). Es cierto que el alerón delantero es heredado y que el trabajo de los pontones ya se había dejado entrever en las últimas versiones de Singapur o Suzuka, pero hay unos cuantos progresos que obligaron a los ingenieros a cambiar los esquemas. Lo explica Key, su creador: “Hay conceptos nuevos que se han trabajado sobre lo que aprendimos con el MCL34. Cambiamos algunas áreas, con un ‘sidepod’ más estrecho que es tendencia. Hemos hecho un ejercicio similar con la caja de cambios y la parte trasera, además de la suspensión. Es un enfoque muy diferente de lo que teníamos antes. Eso es lo nuevo, además de varias tecnologías en el morro. Su padre es el MCL34 pero no está completamente basado en él. Sentíamos que habría oportunidades que no podríamos desbloquear por las geometrías del MCL34”.
Estéticamente, cambia el brillo por el mate en su naranja papaya y eso le da un toque más espectacular combinándolo con negros y azules marinos. Aún hay hueco para un patrocinador principal en el centro de la carrocería (“Están haciendo un gran trabajo en el departamento de márketing”, dijo Zak Brown), pero las marcas empiezan a ocupar un monoplaza que hace no mucho corría sin pegatinas.
Con esta nueva herramienta buscan al menos medio segundo que les acerque a Red Bull, Mercedes y Ferrari, y es factible sobre una reglamentación acabada, con menos posibilidades para explorar y con tres equipos grandes que pronto dirigirán todos sus esfuerzos hacia el 2021. McLaren “no quería sacrificar 2020 para empezar con buen pie dentro de un año”, en palabras de Seidl, positivo con reservas ante lo que espera este curso: “Hay muchas cosas que nos hacen ser optimistas, pero debemos ser realistas sobre lo que se puede hacer de un año para otro”. El reto está en dirigir esos recursos a tiempo para no comprometer las nuevas reglas del futuro, ya con un techo de gasto impuesto de 160 millones de euros.
A partir de ahora, el MCL35 viajará a Barcelona para completar un ‘filming day’ el martes, antes de que empiecen los test de pretemporada (del 19 al 21 y del 26 al 28 de febrero) y preparar todo de cara al GP de Australia (15 de marzo) y el de Bahréin (22 de marzo), consecutivos. Será en Montmeló, por tanto, cuando Sainz se estrene al volante. El madrileño, ante su sexta temporada en la F1, ha guiado el desarrollo con sus impresiones desde la pista con todo lo que se podía mejorar del modelo previo. Su compañero, más mordaz: “Lo he diseñado yo, entero”. Las bromas son un buen termómetro sobre el optimismo de un fabricante antes de que comience la competición.
En cuanto al resto de la parrilla, Mercedes probará hoy su W11 en Silverstone y publicarán las primeras imágenes. Y Alpha Tauri, antiguo Toro Rosso, presentará tanto el monoplaza como su nueva imagen.