Laia: "El Dakar debe ser duro”
Laia Sanz visita AS tras acabar su décimo Dakar en un estreno de Arabia que no le convenció. “Me esperaba más”, admite. Y ve cerca los coches: “Llega el momento de pensarlo en serio”.
El 10 perfecto, el de no fallar ninguna vez, eso es lo más positivo que se lleva a casa Laia Sanz de Arabia Saudí. 10 dakares empezados, 10 terminados. "Sí, eso es lo más importante, además tampoco he estado tan lejos del objetivo de estar entre los 15 primeros", apunta. En concreto, tres puestos más abajo, en la 18ª posición. "Perdí bastante tiempo al principio, aunque si hubiese habido una segunda semana con navegación dura podría haber recuperado, pero no había forma, había que jugarse mucho la vida", añade la de Gas Gas.
Y es que la catalana dejó claro en su visita a AS lo mismo que decía desde el desierto, que del primer Dakar de esta nueva era no se lleva las mejores sensaciones posibles. Primero, por el lado personal con una caída el segundo día que le dejó tocada la cadera y le complicó aún más las cosas. Un golpe que le borró de la memoria "dos o tres horas" de aquella etapa: "Fue en el Km 20 o así, no me acuerdo, me empiezo a acordar en la neutralización que estaba en el Km 230... Debía estar atenta al ‘roadbook’ porque seguí, pero no me acuerdo".
Y segundo por el plano deportivo, con un recorrido que no convenció ni a ella ni a muchos de los pilotos, sobre todo de motos. "En la primera semana estábamos más o menos contentos aunque había mucho polvo, pero la segunda era a fondo y fuera pista: medias de 120 km/h, planos, rectas de 40 km… y de navegación nada. Me esperaba más, hay muchas posibilidades en el país de hacer etapas muy duras y más chulas", admite Laia, y por eso tiene esperanzas de que eso solo haya sido por ser la primera toma de contacto con un lugar desconocido.
"También es un problema de primer año y de cogerle un poco la medida, me dijeron que el primero de Argentina se les fue de las manos, y aquí han pecado de lo contrario", dice. Da cuartelillo a Castera y ASO, pero les pone deberes: "Una segunda semana en condiciones, de rally duro, es un Dakar, tiene que ser duro, físico. La única gracia no tiene que ser a ver quién le echa más agallas, si hubiese más navegación ya no sería cuestión de solo jugártela. Parte de la magia del Dakar es que un amateur tarde cinco años en acabar, no a la primera".
Cuando habla de "jugársela" lo hace a conciencia, porque con la velocidad a la que se iba en esa segunda semana "había algún peligro de golpe en el que te pegabas un susto…": "Y ya vas todo el rato pensando: puede haber una piedra, un bache que no se ve… No es divertido, tuve mucha tensión". Y más tras la tragedia de Gonçalves: "Las etapas de la segunda semana no ayudaban a quitártelo de la cabeza porque era todo igual. Fue duro acabar ese día porque, ¿con qué ánimo haces 50 km más? Todos estábamos hechos polvo".
Un casi atropello y un futuro en coches
No ha sido un Dakar para disfrutar: "El tipo de rally no ha ayudado, entre lo de Paulo, las etapas…". Y el susto que se llevó el último día tampoco ayudó… "Casi me atropella un coche... Un ‘loco’ venía a fondo en dirección contraria, se acercaba muy rápido a mí, me desvío y él empezó a girar... ¡Iba a por mí! Me tiro fuera de la pista y pegó un volantazo, casi me toca, ¡pasó a un metro! Me fui temblando, y luego apareció otra vez… Me fui fuera del ‘roadbook’ a un kilómetro, me empecé a hacer películas…", cuenta aún con el susto en el cuerpo.
Hablando de coches, ¿qué decir sobre el campeón? "¿Sainz? Es una máquina. 57 años, con tres coches diferentes… y además es que él los pone a punto. Y Lucas Cruz también, que no se habla mucho de él", opina de la pareja de Mini. ¿Y del recién llegado, Alonso? "Lo ha hecho bien teniendo en cuenta que a todos les ha costado el primer año. El día que hubo navegación y dunas lo hizo bien. De la primera semana a la segunda mejoró bastante y seguro que Marc le ha ayudado mucho, tiene mucha experiencia. Estaría bien que volviese".
Si lo hace, no descarten que uno de los rivales del asturiano sea la propia Laia, porque ve el paso a las cuatro ruedas cada vez más cerca: "Me gustaría mucho, y más después de este Dakar, a ver si retiramos a alguno y queda un coche libre por ahí (risas). Antes lo veía más lejano, pero va llegando el momento de pensar en serio en el tema. Si el Dakar es como el de este año, habría que pensárselo bien…", asegura. Ahora, no lo haría de cualquier forma: "Para ir con un coche de la mitad hacia abajo me quedo en casa". Sea como sea, queda Laia para rato.