Y Valentino Rossi volvió a un podio y a ganar. Pero no lo hizo con una moto. Lo logró al volante de un Ferrari 488 GT3 en el marco de las 12 Horas del Golfo, prueba de resistencia automovilística, en la que formó equipo junto a su hermano Luca Marini y su amigo personal Salucci. El trío, representando al equipo Kessel Racing, se impuso en la categoría Pro Am, pero no sin dificultades. La primera mitad de la prueba el Ferrari de los italianos marchaba con los mejores, pero un fallo eléctrico en la bomba de la gasolina hizo perder un tiempo precioso al Kessel Racing. Y ante las adversidades, el equipo comenzó una remontada que tras el 'stint' de Rossi les dejaba en sexta posición de la general y segundos de la categoría. Fue Marini quien apretó hasta dejar el coche a Salucci en la cuarta plaza de la general y primero de los Pro Am.
Y en plena remontada, llegó el golpe de fortuna para el equipo de Rossi, ya que el Porsche número siete se detiene y Marini otra vez al volante alcanza la primera plaza de la categoría y la tercera en la general. En el último turno, Rossi manejó las diferencias para mantener la posición a pesar de una penalización por sobrepasar los límites del trazado. Al final, el de Tavullia vio la bandera a cuadros en tercer lugar de la general y primero de su clase. "Fue un gran resultado, porque ganar nuestra clase significa que fuimos fuerte, pero cerrar el tercer puesto absoluto es una gran satisfacción. Nos divertimos como bestias", dijo Rossi al bajarse del coche.
Así volvió Rossi al podio ocho meses después, tras su segundo en el GP de EE UU 2019 . Y pisó lo más alto del cajón al cumplirse dos años y medio de su última victoria, en Assen, durante el GP de los Países Bajos celebrado el 25 de junio de 2017 . En estas efemérides se excluyen sus victorias en el Rally de Monza, la última en 2018, debido a su carácter de espectáculo a pesar de contar con ilustres como Loeb, Kubica, Sordo o Rinaldo Capello en su palmarés en lo que va de siglo.