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AUTOMOVILISMO

Todos los retos de Alonso

Una vez hecho oficial la participación del asturiano en el Dakar con Toyota, hacemos un repaso a los retos a los que se ha enfrentado en su carrera: del kárting al WEC.

Todos los retos de Alonso

Ahora que al fin se ha anunciado que el 2020 de Alonso empezará con el Rally Dakar al volante del Toyota Hilux de la formación oficial, es un buen momento para hacer un repaso a lo que ha dado de sí su extensa trayectoria en las competiciones de cuatro ruedas. Salir aún más de su zona de confort cambiando la velocidad de los circuitos y el asfalto por la arena del desierto y todos sus imprevistos y condiciones extremas puede que sea uno de sus mayores retos, pero los ha tenido de todos los colores y su éxito en la mayoría de ellos le ampara. Son estos:

Llegar a la Fórmula 1

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© Formula One PicturesJohn Townsend

El gran objetivo de cualquier piloto es llegar a la máxima categoría del automovilismo. Y Alonso hizo méritos para hacerlo con 19 años (el séptimo piloto más joven de la historia en debutar en la parrilla). Después de ganarlo todo en kárting a nivel nacional e internacional con el Mundial Júnior en 1996, dio el salto a los monoplazas en el Euro Open by Nissan de la mano de Adrián Campos y como sustituto de Marc Gené. Arrasó en su primer año con seis victorias y el título que le valdría para llegar a la F3000.

En el campeonato de la FIA, que por aquel entonces era la antesala de la Fórmula 1, logró una única victoria en Spa (donde nunca conseguiría ganar en el Mundial), pero ese éxito le bastó para llamar la atención de algunos equipos de la F1. Briatore fue quien más fuerza hizo para tenerle bajo el paraguas de Renault y le encontró un asiento en Minardi. Así, el 4 de marzo de 2001 en Melbourne comenzaba su andadura en la F1 ganando siete posiciones desde el final de la parrilla para acabar 12º. Había alcanzado su sueño y mostraba sus intenciones…

Ser campeón de Fórmula 1

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FLAVIO MAZZIDIARIO AS

Una vez que ser piloto de F1 ya era una realidad, había que renovar objetivos, y el mayor de ellos era llegar a ser campeón algún día. No tardaría mucho en conseguirlo… Tras un año de impás siendo probador de Renault, Briatore le daba un asiento oficial en el equipo francés que cambiaría la vida de Alonso, de los del rombo y la de todo un país. En su segunda carrera en Malasia ya se adjudicó una primera pole que transformó en su primer podio. Con su segunda pole en Hungría ya sí que no se le escaparía su primer triunfo.

Siendo sexto en el campeonato en 2003 y cuarto en un 2004 sin victorias, en 2005 ya tenía experiencia suficiente para retar a los mejores, solo faltaba que le acompañara el coche, y lo hizo. Seis victorias con el R25 le valieron para pasar por encima al McLaren de Raikkonen, su mayor rival, y para alcanzar la gloria por primera vez en Brasil a dos carreras del final en China, donde sumaría la séptima. Al año siguiente, en el mismo escenario de Interlagos, certificaría su segunda corona tras un año de infarto en un encarnizado duelo con Schumacher y Ferrari.

Alonso era bicampeón del mundo y había destronado a la mayor estrella de la historia del deporte. Estaba en lo más alto y seguía teniendo un futuro brillante, pero la cuenta se paró en dos… La guerra interna en McLaren con el 'rookie protegido' Hamilton en 2007, el regreso a una Renault de la que solo quedaban los restos del éxito, los cinco años en Ferrari en los que rozó el título en 2010 y 2012 y que Vettel y Red Bull le quitaron dejando un dolor imborrable, y su denostada vuelta a Woking con cuatro años de eterno sufrimiento y frustraciones que por vez primera en su vida le hicieron apartar los ojos de la F1. Tenía que encontrar la felicidad fuera.

Asalto a la Indy 500 en su nuevo reto: la Triple Corona

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Chris OwensDIARIO AS

No esperó a marcharse de la F1 para tener sus primeros escarceos con otras categorías. Al ver lejos la posibilidad de luchar por el tercer título, el asturiano encontró otra forma de seguir haciendo historia: la Triple Corona. Habiendo ganado ya dos veces el GP de Mónaco, su mirada y ambición se centraron en las 500 Millas de Indianápolis, la gran carrera americana. Ya que McLaren no podía ayudarle a ganar en F1, le puso los medios para intentarlo en Indy junto a uno de sus grandes equipos: Andretti Autosport. Se perdió el GP de Mónaco 2017 por ello.

Tener ese socio fue un acierto y Alonso disponía de un coche ganador con el que llegó a liderar la prueba más de 20 vueltas y, quién sabe, podría haber disputado la victoria de no ser por los males de un motor Honda que le perseguían allá donde fuera. A 21 vueltas para el final le dejó tirado. Un disgusto al que siguió uno de los mayores desastres de su trayectoria en el segundo intento que protagonizó este año, cuando ni se clasificó para la carrera. Esta vez McLaren quiso tener un proyecto propio y no le pudo salir peor. Indianápolis le espera para redimirse.

Ganar las 24 Horas de Le Mans (y de paso el WEC)

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JEAN-FRANCOIS MONIERAFP

Todo lo que le había faltado últimamente en la F1 lo encontró cuando se marchó de ella para abrazar a Toyota y el Mundial de Resistencia: un coche dominador y la única competencia de sus compañeros. El paso lógico para alguien que se marcha de la F1 es el WEC y el de Alonso aún más al estar ahí uno de sus grandes nuevos objetivos, las 24 Horas de Le Mans. Y a falta de una, la ganó dos veces. La primera con una soberbia actuación durante la noche que fue clave para la victoria, y la segunda de imprevisto por la mala suerte del otro Toyota. De paso, también se proclamó campeón del mundo de Resistencia. Logradas ambas cosas, la deja aparcada por el momento.

Brillar en la Daytona 500 del IMSA

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Gerardo MoraEFE

Antes incluso de comenzar su andadura en el WEC, el asturiano participó en la cita inaugural y más importante del IMSA para ir haciéndose a la Resistencia. Lo hizo con United Autosports, el equipo de Zak Brown en el campeonato americano, y en la categoría LMP2, pero su resultado fue un discreto 38º puesto por problemas de frenos en su Ligier. Bien diferente le fue en su segunda participación a comienzos de este año, cuando se alzó con la victoria con el Cadillac del Wayne Taylor Racing. Ya sabe lo que es ganar un grande en EE UU, al menos en Resistencia…