El Tifón Hagibis pasa Suzuka, pero castiga más fuerte a Tokio
Viento muy fuerte y lluvia en la región del circuito. Seco para el domingo. Las peores consecuencias, cerca de la capital de Japón.
El Tifón Hagibis golpeó Suzuka, aunque otras regiones y ciudades de Japón han recibido, y aún continúan recibiendo, un impacto mucho más fuerte de esta tormenta gigante que sacude al archipiélago nipón desde el viernes por la noche con lluvia y rachas de viento de 200 kilómetros por hora. La prensa local informa de dos muertos, al menos cinco ríos desbordados, 200.000 viviendas sin suministro eléctrico, alertas de lluvia extrema en once provincias o más de 1.600 vuelos cancelados en los aeropuertos de Haneda y Narita. Tokio, la capital, es una de las ciudades por las que está cruzando el centro del huracán en la noche del sábado.
Suzuka se cerró el viernes por la noche después de que los equipos reforzaran garajes y ‘hospitalities’ y desmontaran buena parte de sus infraestructuras en el box o el ‘pit lane’. El sábado sólo podían acceder al trazado miembros de las escuderías, aunque fueron pocos los que se acercaron. Algunos organizaron reuniones en los hoteles para analizar datos y preparar una jornada frenética este domingo: la pista abre a las tres de la mañana para que los operarios puedan volver a montar los ‘motorhome’, y los técnicos o ingenieros empezarán a trabajar a las cinco de la mañana, aunque hasta la siete no se pueden tocar los coches. A las diez es la clasificación (3:00AM, hora española), y a las 14:10, la carrera (7:10AM en España).
Los pilotos superaron como pudieron un día de encerramiento en hoteles: Verstappen, Pérez, Norris y Sainz, por ejemplo, organizaron partidas con el FIFA20 y la PlayStation de ‘Mad Max’. Grosjean aprovechó para montar una maqueta del Tyrrell P34 ‘seis ruedas’ de Jody Scheckter. Lo que no era una opción era salir a la calle: aproximadamente desde las 12 del mediodía y hasta las 18 horas en los alrededores de Suzuka, la lluvia fue incesante y las rachas de viento fácilmente alcanzaron los 120 kilómetros por hora. Si bien dejó de caer agua a partir de las 20 horas, la intensidad del viento no cesó por la noche, mientras se escriben estas líneas. Sólo algunos vehículos o autobuses circularon por las carreteras, además de los trenes, aunque casi sin pasajeros.
En el aspecto deportivo, la F1 acertó adelantándose a los acontecimientos suspendiendo la actividad en pista porque las condiciones hubieran imposibilitado el normal desarrollo de la clasificación, especialmente por el intenso viento que aún pone en peligro la propia pole en la mañana del sábado: si no hay garantías de que se desarrolle sin incidencias (o si el helicóptero no pudiera volar), se utilizará la tabla de tiempos de los Libres 2 como parrilla, porque cualquier retraso afectaría directamente la hora de comienzo de la carrera, y esa no se puede modificar.