En Misano se cumple un año natural de la crisis que atraviesa Jorge Lorenzo. Fue justamente en el GP de San Marino de 2018 cuando el pentacampeón arrancó un calvario personal, repleto de caídas, lesiones y falta de adaptación a su nueva montura, que aún perdura, cambiando radicalmente su estado de forma.
Resumiendo, en este año natural, Lorenzo ha sufrido cuatro lesiones, se ha perdido ocho carreras y ha estado alejado del podio. Y todo eso sin entrar en el malestar que ha generado en Honda algunos de sus comportamientos, como ha dejado entrever Alberto Puig recientemente (“el problema de Jorge es de coraje y de voluntad”),por sus coqueteos con otras fábricas con contrato en vigor o la foto que publicó en las redes sociales desde las Maldivas cuando estaba de baja. Tanto molestó esto último, que le pidieron desde Honda que la hiciera desaparecer pero, según cuentan, dijo que no podía hacerlo porque era un viaje patrocinado. Ahora, en Misano, circuito en el que ha ganado cuatro veces, una en 250cc y tres en MotoGP, tiene otra oportunidad para intentar salir del pozo en el que se encuentra justamente desde Misano.