Alonso visita la Fórmula 1 pero su cabeza está en el desierto
Abrazos a Binotto en Ferrari, eventos con McLaren, en el muro junto a Zak "¿Volver? Quizás en 2021. Estoy probando un posible reto en el Dakar".
Llegó a las once y diez de la mañana, la hora perfecta: con los libres recién iniciados y la lluvia arreciando, no había un sólo tifosi a la entrada del ‘paddock’. Pasó Fernando Alonso desapercibido, cruzó el garaje, echó un vistazo al alerón del MCL34 y se sentó en el muro de McLaren. Algunos dicen que le quitó el sitio a Andreas Seidl, otros a Zak Brown. Revuelo mediático, en cualquier caso, y entrevista con la televisión británica "¿Volver? Tengo que aclarar un par de desafíos fuera de la F1 que debo completar, que no están terminados, como la Indy 500 y alguna otra cosa. En 2021, con las nuevas reglas, creo que puede ser una buena mezcla y una F1 diferente. Las razones por las que me fui siguen, pero quizás en 2021 estas cosas cambian y puede ser una buena oportunidad para volver", dijo en ‘Sky’. "Estoy probando de cara a afrontar un posible reto en el Dakar", expresó.
El asturiano se pasó por Ferrari para saludar a su ex jefa de prensa, Silvia Hoffer, y hubo un efusivo abrazo a Mattia Binotto, al frente de la escudería. Se paraba cada dos metros con mecánicos, aficionados, ‘VIP’, periodistas… 40 fotos, fácil, cada cinco minutos. “De visita”, dijo Seidl sobre la presencia de Fernando este fin de semana. "Como Mika", comentó una fuente del equipo en referencia a Hakkinen. Pero no, los focos de la F1 se dirigieron hacia Alonso, que apareció más en la retransmisión del segundo libre que muchos de los pilotos de la actual parrilla. Aplausos de la grada, por cierto, cada vez que aparecía en pantalla.
Como volvió a la F1 se le preguntaba por volver, en efecto, a la F1. "22 carreras ahora es no parar. Muy exigente, veremos. Me estoy haciendo viejo", amplió en la televisión británica. No está en sus planes a corto o medio plazo, sólo si llega una oportunidad ganadora. Su cabeza ahora mismo está en las dunas: las que ha escalado en Sudáfrica y Namibia con Giniel de Villiers y el Toyota Hilux. Más los tramos embarrados o de pista dura que probó a principios de semana en Polonia con una unidad de Overdrive, que ejerce de asistencia de Toyota Gazoo Racing en Europa y en el Dakar. Kilómetros y kilómetros para preparar su cuerpo, acostumbrar su espalda y su cuello a la coctelera que es un 4x4 dakariano, aprender a pilotar en lo desconocido. De eso se hablaba en los corrillos, no de Ferrari, Mercedes, McLaren o Alfa Romeo. La semana que viene debutará con copiloto en una carrera no competitiva en Sudáfrica. ¿Para divertirse? "De divertido eso no tiene nada", espeta. Alonso ya ha conocido la dureza de los raids. Y luego, al Rally de Marruecos.
Completará el fin de semana junto a McLaren y está prevista su presencia en Austin, en el GP de Estados Unidos, otro de los más importantes en cuanto a invitados y patrocinadores de la firma de Woking. Quizás también en Abu Dhabi. De viernes a domingo en Monza, la casa de los aficionados ferraristas con los que no se encontró el pasado miércoles porque no había recibido invitación alguna, a pesar de que Ferrari asegura haberla enviado. Al menos hubo abrazos en ese 'hospitality', bajo el cartel del 90º Aniversario, el de la polémica. Que a Alonso, por cierto, le ha gustado.