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MOTOGP | GP DE LA REPÚBLICA CHECA | ENTREVISTA

"Lo dijo el Bernabéu: Nieto era un héroe, una leyenda, un ángel"

Fonsi Nieto, sobrino del '12+1', recuerda emocionado cómo era su tío en el segundo aniversario de su muerte con esa frase que le dedicó el Santiago Bernabéu en una pancarta.

BRNO
Ángel Nieto.
PEPE ANDRESDIARIO AS

Se le humedecen varias veces los ojos a Fonsi Nieto durante el transcurso de esta entrevista en el paddock de Brno, para homenajear a su tío Ángel Nieto en el segundo aniversario de su muerte. El 12+1 era mucho más que un tío al uso para el hoy coach del equipo Pramac Racing y habla de ello con el corazón en la mano para AS, revelando incluso el roce que tuvieron por lo que le dijo en el programa de Bertín Osborne.

—Fonsi, se cumplen dos años de la pérdida del Maestro, como le llamábamos muchos, de su tío Ángel…

Sí, y para mí fue más que un tío al uso. Fue, sobre todo, un gran amigo y el que me impulsó a ser la persona que hoy soy. Yo me considero buena persona y él tiene gran parte de culpa de que así sea, porque pasé mucho tiempo con él.

—Para mí se nos fue dos veces. Primero cuando supimos del accidente. Después, cuando parecía que se iba a poner bien y de repente se precipitó todo, coincidiendo precisamente con la llegada del Mundial a Brno. De hecho, recuerdo unas declaraciones suyas en la tele desde el hospital, muy en positivo, diciendo que todo esto iba a quedar en anécdota. ¿Lo recuerda?

Sí, pero cuando pasa algo así te quieres agarrar a cualquier cosa para pensar siempre en positivo, pero para mí se fue cuando tuvo ya el accidente. Ahí ya los médicos dijeron que no iba a quedar bien, porque tenía grandes lesiones, y no me hubiera gustado verle fastidiado, ni a él tampoco. Por eso le recuerdo siempre como el tío divertido y fantástico que fue.

—¿Se ha hecho ya a la idea en estos dos años de su pérdida?

Cualquier tipo de decisión o lo que sea, tanto mis primos como yo, siempre íbamos a hablar con él, a pedirle consejo. Y me ha pasado alguna vez de pensar en ir a pedirle consejo y darte cuenta de que ya no está.

—¿Y qué se hace en un momento así?

Pues recordarle con una sonrisa. Él era muy exigente, sobre todo cuando corríamos, porque sólo le molaba ganar, pero luego también sabía desconectar y hacer que los días en los circuitos fueran mejores. Y eso es algo que te puede decir desde el último mecánico al primero de los pilotos, o desde periodistas hasta el que está en la puerta controlando los pases. Siempre estaba con una sonrisa. Se hacía querer mucho y le caía de maravilla incluso a un piloto inglés sin tener ni idea de hablar inglés.

—Yo eso lo noté con Doohan, que consciente de que su tío y yo éramos compañeros en la tele y amigos me dio un abrazo al vernos en Australia y me habló maravillas de él.

Doohan viene ahora mucho por nuestro box y me habla cada dos por tres de mi tío. Se fueron a cenar juntos sin que mi tío supiera inglés y era admiración lo que tenía por él. Mi tío está en el podio de las personas que han marcado época en el paddock del Mundial, aunque para mí es el número uno. Y no lo digo sólo por palmarés, porque creo que le han querido más por la persona que era que por su palmarés y se hizo respetar mucho más por la persona que era.

—Decía antes que era exigente y sabido es que a usted le apretó.

Claro, porque a él sólo le molaba ganar. (Hace una pausa). Joder, se me saltan las lágrimas. Procuro no pensarlo mucho, pero es imposible no acordarse de él.

—Esta entrevista va como homenaje a él. Cero morbo.

Ya, pero no he querido venir a esta carrera pensando que es el aniversario de su muerte. Él tampoco querría que fuera así. A él le gustaría que nos acordásemos de él en su último año en la tele, disfrutando de las carreras y riéndose.

Fonsi Nieto con Pablo Nieto en el paddock de Brno.
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Fonsi Nieto con Pablo Nieto en el paddock de Brno.

—Qué risas nos pasábamos compartiendo micrófono en el pit lane para 'Telecinco'. ¿De dónde sacaba esa ilusión de júnior pese a sus 700 años, como él decía?

Eso sólo lo podía hacer él, porque todo lo que hacía estaba bien y era divertido.

—¿Qué es lo que más aprendió de él?

Pues creo que, tanto mis primos como yo, a ser las personas que somos y a amar este deporte, a respetarlo y a tratar al aficionado como se merece, porque todo este circo depende del aficionado y de la gente de la calle, que son los que ponen las carreras.

—¿Le quedó algo por decirle o por contarle?

Por suerte, no. Todo lo que hemos podido tener, lo hemos hablado directamente y a la cara, y eso que tuvimos nuestros roces.

—Uno sonado fue en el programa de Bertín Osborne, donde se mostró crítico con usted.

Justo eso le iba a contar. Él me apretó mucho en el programa y luego, antes de emitirlo, yo le dije: "Joder tío, ¿para qué dices esto?". Y me contestó: "Tienes toda la razón. He metido la pata". Pero bueno, yo también la metía. Y me quedo con que esa relación no la tienes con un tío normal. La tienes con alguien que va más allá, alguien que es tu amigo, tu ídolo. A veces venía al box y te echaba la bronca, pero no le podías decir que se montara él, porque había ganado un montón de mundiales y de carreras. Ahora yo a mis pilotos les digo algo y me lo discuten, pero es que yo he ganado seis carreras. Cuando te lo dice alguien que ha ganado 90, como mi tío, no tienes argumentos para discutirle y te tienes que callar. Eso sí, a él también le molaba que le llevara la contraria. No le gustaba que le dijeran a todo que sí.

—¿Qué pensaba él de usted?

Nunca me ha pedido cambiar nada. Sólo reclamaba que fuera más rápido, porque había que ganar. Nos vio que dimos todo y que poníamos toda nuestra pasión en esto que nos enseñó desde pequeños. No puedo evitar hablar en plural…

—¿Fue su muerte lo que reavivaron sus ganas de volver al Mundial?

Al cien por cien. No sabría explicarlo, pero es así. Igual que cuando me retiré me dio por llorar una noche en la cama como un niño pequeño, cuando faltó mi tío me volvieron las ganas de estar aquí. Quizá sea un homenaje a él. Cuando tuve el accidente, me fui a un mundo diferente, porque en mi cabeza seguía siendo piloto, pero no podía volver a correr. Ahí no veía ni las carreras por la tele, porque estaba como enfadado con este mundo. Y es que este deporte te recuerda cada día de tu vida que has sido piloto, porque cuando te levantas de la cama te duele algo. Lo hablaba con Doohan el otro día. Y quedarte fastidiado es una faena.

—Eso no le pasaba a Ángel, ¿no?

Él se fue feliz, pero también tenía sus cosas, porque le dolía el calcáneo y la espalda.

—¿Es una fecha dura para usted el 3 de agosto?

Pues sí, porque aunque no me quiero acordar de eso en concreto, la gente te lo recuerda. Yo me acuerdo de él en plan guay, que es lo que le gustaría. Y estoy convencido de que si hubiera visto lo que pasó después, que seguro que lo ha visto desde algún sitio, estaría súper orgulloso. El homenaje que se le hizo en Madrid fue increíble.

—Descríbale para terminar con una palabra o una frase.

Me quedo con una frase que sacaron en el Santiago Bernabéu en una pancarta enorme cuando se nos fue, al llegar al minuto 12+1 de un partido. Ponía: Un héroe, una leyenda, un ángel. Me están haciendo un diseño para tatuármelo.

—Que sigamos hablando durante mucho tiempo de él.

Así sea. Mi tío es inolvidable.