Entrevista con Danilo Petrucci en el paddock de Sachsenring nada más conocerse su renovación por un año con Ducati, para seguir en 2020 como compañero de Dovizioso en el box oficial. A sus 28 años, a veces parece un niño grande, por su espontaneidad y simpatía, pero piensa bien lo que dice y no dice ninguna tontería. Entre otras perlas, la de que ve a Márquez como "un marciano".
—Hemos elegido un gran momento para hacer esta entrevista. Felicidades por la renovación.
— Gracias. Es una gran noticia para mí, porque ya sé que este año y el próximo seré un piloto oficial Ducati, y ése era uno de mis objetivos. En realidad, mis objetivos para este año eran ganar una carrera y renovar el contrato para 2020. Ya lo he hecho y estoy ya satisfecho con mi temporada. No ha terminado, porque estoy tercero en el Mundial y me quiero mantener ahí hasta el final, lo que no será fácil.
—Parece una renovación justa. La pregunta es si ha temido en algún momento del año que no fuera así.
— Sí, sí. Después de las tres primeras carreras no lo tenía claro. El problema era que tenía siempre la presión de demostrar que había mejorado y en las primeras tres carreras, por un motivo u otro, no fueron buenas. Me detuve un momento y me dije que no lo estaba haciendo bien, pero tampoco mal, y que los pilotos que estaban aquí lo hacían como yo, con la diferencia de que eran más jóvenes, con lo que yo no tengo tantas oportunidades. Al pensar así, me di cuenta de que tenía que dar mi máximo y buscar mejores resultados. A partir de Jerez llegaron y siempre he estado delante.
—¿Por qué sólo un año de renovación y no más?
— Esta pregunta me la podías haber hecho el año pasado. Se firma por un año porque es algo que queríamos las dos partes, para acabar contrato a la vez que los otros pilotos. Si por mí hubiera sido, hubiera renovado por tres años, pero esto no es posible y tengo una grandísima oportunidad de seguir creciendo este año y llegar al que viene con un año más de experiencia en un equipo oficial. Creo que en 2020 podremos arrancar con otros objetivos.
—¿Qué hubiera pasado de no haberle renovado Ducati?
— No he pensado en otras alternativas. Mi razonamiento era que si no me merecía seguir con esta moto era inútil que tratara de subirme a otras. Nadie me hubiera querido. Yo quiero ganar y quiero tener una moto para ello. Seguir aquí con una moto sin opciones de ganar, sólo por ganar más dinero, es algo que no habría querido. Ya he estado así y no lo quiero más.
—¿Vencer o a casa?
— Sí. Siempre he dicho que si no vencía con esta moto nadie me daría la oportunidad de subirme a otra ganadora, al menos por ahora, porque no tengo 20 años. Era todo o nada. Lo sabía desde el primer momento, desde que Ducati me fichó por un año.
—¿Y ahora qué? En Assen se le vio correr cubriendo las espaldas de Dovizioso, que sólo le saca ocho puntos en la general. ¿Han aclarado su papel en el equipo con esta renovación?
— Puede parecer que en Assen corrí así, pero es que para pasarle tenía que arriesgar mucho y no estaba decidido. Él fue más fuerte que yo allí. No tenemos órdenes de escudería y nadie me ha dicho que tengo que estar detrás de Andrea. Todos me dicen que me escape de él si puedo, y que no cree problemas.
—¿Sentido común?
— Sí. Él tiene un cero más que yo y me saca ocho puntos, habiendo sido más fuerte que yo la mayoría de las veces. En Assen probé, pero tenía que habernos puesto en peligro a los dos y eso no es posible. A partir de ahora será igual.
—¿Y el próximo año?
— No hay un acuerdo escrito en el que me digan qué puedo hacer y qué no puedo hacer. La única cosa que no podemos hacer es provocar un desastre el uno con el otro. Esto creo que es igual en todos los equipos. Lo que tenemos que hacer, según lo veo yo, para batir a Márquez es trabajar todavía un poco más juntos. Trabajar la inteligencia en determinados momentos del fin de semana, porque luego en la carrera cada uno corre por su cuenta. Nunca hemos tenido órdenes antes de la carrera.
—La relación que mantiene con Dovizioso es buenísima. ¿Puede perdurar en el tiempo si se convierten en rivales?
— Sí, pero ya este año hemos discutido. Surgen momentos en los que puede que no seas tan correcto, cuando en realidad todo nuestro trabajo se basa en la amistad y en la relación que tenemos. Ojalá lleguemos algún día a disputarnos el título entre los dos y espero que en ese punto la situación fuese más clara, pero lo primero que hay que hacer es llegar a jugárselo, porque con Márquez así de rápido no es fácil.
—¿Se siente con el potencial para ser campeón de MotoGP algún día?
— Es extraño decirlo, pero sí. Estoy aquí para ganar. También era raro decir hace cuatro años que iba a ganar una carrera, pero yo siempre creía que podía hacerlo, incluso cuando era último con la Ioda. Todos pensaban que el lento era yo y no la moto, pero la lenta era la moto. No dejé de creer, de esforzarme, de entrenarme y ahora estoy en un equipo en el que se puede conseguir. Este año está muy difícil, porque son muchos puntos, pero todo es posible, aunque debo ser realista. Marc este año tiene una moto superior a la nuestra. En este momento está muy tranquilo y consciente de sus posibilidades, por lo que es muy difícil batirle.
—¿Es Márquez el que hace que la Honda sea superior o es la moto realmente? Mire cómo están sus compañeros de marca…
— El año pasado estábamos un poco similares. No he probado la Honda, pero veía cómo se comportaba. La Honda giraba mejor. Era mucho más ágil y tenía menos motor que la nuestra. Esta año, desde fuera se ve que se mantiene muy ágil y que tiene tracción y velocidad punta, así Márquez puede pasar fácilmente en la recta. Es complicado batirle con una moto que está al mismo nivel y ahora llegamos a pistas donde nosotros sufrimos más y somos menos favoritos. Lo digo mirando desde fuera, como tan bien se ve que las otras Honda están todas por detrás y sólo es él quien marca la diferencia. Siempre digo que estamos en una época como la de Valentino, Doohan o Roberts, porque Márquez es un marciano. Es una desgracia haber coincidido en la misma época de Marc. (Risas).
—¿Siente que se ha sido injusto con usted? Yo soy de los que pensaba que Ducati se equivocaba al desprenderse de Lorenzo, no porque usted fuera malo, sino por el nivelazo del mallorquín.
— El año pasado mi renovación fue como las puertas automáticas que se abrían y se cerraban. Metí la cabeza cuando salía el tren y cuando se estaban cerrando las puertas. Jorge quería seguir en Ducati, pero hizo unas declaraciones que no gustaron y la carrera de Le Mans, donde yo le gané, fue un desastre para él y decidieron cambiar. Si esas declaraciones hubieran llegado una semana después, con Jorge ganando en Mugello, quizá Jorge seguiría ahora en Ducati y podría ser todavía más rápido. Cambió todo en una semana. Fue todo muy extraño.
—¿Y siente que ahora ha tapado bocas?
— No. Yo no puedo compararme con Lorenzo. Él es un multicampeón del mundo. Él ahora no está sacando su máximo potencial con la Honda. Yo estaba disgustado porque el contrato que me ofrecieron fue sólo de un año y, como siempre, tenía todavía una prueba más por delante. Siempre bajo presión. Me ha tocado siempre demostrar más que a otros y es porque no tengo un pasado brillante en otras categorías. Ninguno sabe cuál es mi verdadero potencial, pero gracias a Ducati este año se está viendo. Sigo bajo presión, pero en el modo justo y voy tercero en el campeonato, con la intención de hacerlo aún mejor el año que viene.
—Siempre es un placer hablar con usted. Gracias.
— Gracias a ti.
—Una cosa más… ¿Sigue teniendo alguna relación con la policía?
— Ya no, nada. Desde el 2017 no tengo ninguna relación y ahora cuando les veo me voy como si fuera un terrorista. (Risas).