Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

F1 | CHINA

Lewis Hamilton gana sobrado y Ferrari queda en evidencia

Triunfo del británico en Shanghái por delante de Bottas y Vettel. Maranello ordenó a Leclerc dejarse pasar por el alemán. Sainz, 14º tras el golpe de Kvyat.

Shanghai
Lewis Hamilton, Mercedes W10, ganó el GP de China (F1 2019).
DIEGO AZUBEL

Aparcó el patinete que utiliza para desplazarse por el paddock, se subió al Mercedes en la segunda posición y en menos de 200 metros justificó, una vez más y aunque no hiciera falta, quién es el primer piloto del equipo campeón. Hamilton había adelantado a Bottas antes siquiera de llegar a la primera curva y el finlandés en ningún momento llegó a inquietarle durante las 56 vueltas del GP de Shanghái, porque Valtteri no es Rosberg, aunque en ocasiones intente parecerse. Y porque Lewis a su mejor nivel no tiene rivales en esta parrilla, no hace falta buscar más.

Arrancó sin oposición el pentacampeón mientras Vettel lo intentaba con Bottas con, quizás, excesivo castigo: lo buscó por fuera, se quedó encerrado y le robó la posición Leclerc, que no deja escapar la más mínima oportunidad. Ahí comenzó el melodrama de Ferrari, un problema inventado por ellos mismos. Desde el muro pidieron a Charles que apretase, porque si no debía dejar pasar a ‘Seb’, pero media vuelta más tarde ya le reclamaron que hiciera un pasillo al tetracampeón porque era más rápido, cuando tenía un importante plano en su neumático delantero izquierdo.

Como por detrás amenazaba Verstappen con una rápida parada en boxes adelantada, Ferrari se defendió parando sólo a Vettel y arruinando la carrera de Leclerc con gomas viejas: del tercer puesto al que aspiraba en un principio, al quinto final, sin tiempo para intentar un asalto final sobre Max. Y todo con un segundo cambio de neumáticos impulsado por Red Bull y seguido por todos los demás. El holandés arriesgó por el podio, quería más, mientras Maranello salió a defender un 0-0.

Ampliar

Cambiaron el 3º-4º por un 3º-5º, un despropósito originado a través de la radio con un "Felipe, Fernando es más rápido que tú", pero con una gran diferencia: en esta ocasión Sebastian no demostró ser más rápido que Charles. Aunque al tetracampeón lo que es del tetracampeón: gran defensa de Vettel sobre Verstappen al final de la recta para asegurarse, al menos el podio. En el asfalto, en cualquier caso, un Ferrari menor que fue incapaz de pelear con los Mercedes, ese es el mayor problema, y perdido entre sus propios demonios. Para muestra de la superioridad de los alemanes, la doble parada en boxes que efectuaron a Lewis y Valtteri con apenas un segundo de diferencia y sin el mínimo riesgo de equivocarse. Abuso de autoridad.

Por detrás, desastroso inicio para McLaren por culpa de Kvyat, que fue demasiado optimista en la sexta curva de la primera vuelta y se llevó a los dos coches de Woking por delante. Le sancionaron con un ‘drive through’, para Sainz el castigo fue quedar penúltimo, de nuevo a un mundo del pelotón nada más comenzar la carrera, y otra vez a correr solo recortando desventajas imposible. Acabó 14º, remontó ante los Williams y Giovinazzi para terminar como empezó, con la sensación de que hay ritmo para mucho más pero de que, por causas ajenas, todavía no lo ha demostrado.

El show en la pista lo puso Raikkonen, adelantando en la pista a los dos Haas tras su paso por boxes y luciendo talento como en los viejos tiempos. Acabó noveno. Porque Gasly llevó al Red Bull al sitio que debe estar, sexto con la vuelta rápida, y Ricciardo hizo lo propio con el Renault: séptimo, aunque seriamente exigido por un gran Sergio Pérez (Racing Point). Albon cerró los puntos saliendo desde el pit lane para dar una alegría a Toro Rosso un día después de destrozar el coche contra el muro. Le recibió la bandera a cuadros ondeada por Alain Prost, uno que sabe mucho de peleas entre compañeros de equipo cuando las órdenes de equipo no eran tan intensas y polémicas. Aunque la polémica, al final, es artificial: quizás la diferencia entre Mercedes y Ferrari radica en que los primeros no necesitan recordar continuamente quien es su piloto prioritario. Lewis lo demuestra cada vez que se baja del patinete y se ajusta la visera.