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FÓRMULA 1

Ferrari en China: gran atención a su competitividad y fiabilidad

Mattia Binotto asegura que el objetivo de la Scuderia en el GP de China es brillar en la carrera número 1.000 en la historia de la F1.

BAHRAIN, BAHRAIN - MARCH 31: Charles Leclerc of Monaco driving the (16) Scuderia Ferrari SF90 leads Sebastian Vettel of Germany driving the (5) Scuderia Ferrari SF90 on track during the F1 Grand Prix of Bahrain at Bahrain International Circuit on March 31, 2019 in Bahrain, Bahrain. (Photo by Charles Coates/Getty Images)
Charles CoatesGetty Images

No está siendo un inicio del Mundial de Fórmula 1 2019 nada fácil de gestionar para Mattia Binotto, que a principios del mes de enero reemplazó a Maurizio Arrivabene como jefe de la Scuderia tras volverse insostenible su cohabitación en Maranello.

¿El motivo? La fiabilidad del SF90 está impidiendo exhibir a Charles Leclerc y Sebastian Vettel que el Cavallino Rampante es el monoplaza más rápido de la parrilla. Consciente de este contratiempo, Binotto muestra una gran cautela, en un comunicado facilitado por Ferrari, a la hora de emitir un hipotético vaticinio sobre el Gran Premio de China 2019. 

"La tercera carrera de la temporada se celebra en un circuito de características diferentes a Melbourne y Baréin. Aquí tenemos rectas largas y curvas que hacen que la parte que más soporte la carga sea la trasera. Queremos comprobar que el SF90 también es competitivo en un circuito así y asegurarnos de que los problemas de fiabilidad que tuvimos en Bahréin no se repiten. Como siempre, queremos hacerlo bien y vencer a nuestros rivales. Será la carrera número 1.000 de la historia de la Fórmula 1, que es una razón extra para intentar brillar", afirma el ingeniero de Reggio.

Cabe destacar que en los últimos días, la actualidad del 'Gran Circo' ha focalizado su interés en la potencia insólita que exhibe la unidad de potencia diseñada, fabricada y perfeccionada por Corrado Iotti en las rectas, ya que por ejemplo en la clasificación del Gran Premio de Bahréin 2019, el coche rojo fue, de media, cinco décimas más veloz que el resto de la parrilla.