Las 5 conclusiones de Bahréin: Ferrari, Verstappen, la F1…
El desastre de Maranello, la irrupción de Charles Leclerc o un motor Renault tan bueno como poco fiable marcaron la segunda carrera de la temporada.
En Bahréin se vivió una de las mejores carreras de los últimos tiempos con estrategias variables, cambios de líder, victoria inesperada de Hamilton y averías en la pista, que también forman parte de las carreras y, de alguna forma, se echan en falta cuando todo está bajo control. Cruz para Ferrari, cara para Hamilton, aunque la batalla entre Maranello y Mercedes es una gran noticia para los aficionados al automovilismo.
Ferrari no será campeón así
En 2018 lucharon por el Mundial hasta que sus propios fallos y el paso adelante de Mercedes les dejó sin opciones. Pero no se puede aspirar a un título regalando puntos cuando tu coche es el mejor del fin de semana. Primero porque hay dos pilotos por equipo y, en caso de avería del líder, debe ganar el segundo. Y sumando los problemas de Australia, Ferrari no puede haber sacado menos rédito de su gran SF90 y del talento de Leclerc. Aunque Vettel necesita dar un puñetazo en la mesa.
Charles Leclerc sí
“El ganador moral” en palabras de Toto Wolff, quizás para hurgar en las heridas de Ferrari. Pero es una realidad que Charles Leclerc es la próxima gran estrella de la Fórmula 1, el primer piloto que debería tener opciones reales de luchar de tú a tú contra Hamilton y Vettel, los grandes campeones de la década, incluso antes que Max Verstappen.
La F1 está de enhorabuena
Camino del gran premio número 1000, que se celebrará en China, la F1 vibró en Bahréin con una carrera emocionante desde la salida hasta el desenlace, que es como deberían ser todas. Excepto Mónaco, la única con bula por todo lo que implica su circuito. No es casualidad que en Sakhir hubiera ‘show’: tres rectas con DRS, que este año es mucho más poderoso, y variedad de estrategias de neumáticos por la posibilidad de adelantar en la pista. Ese es el camino.
Verstappen hizo lo que suele hacer Verstappen
A Carlos Sainz le tocó la parte más amarga: tenía un McLaren para luchar por la cuarta o quinta plaza, pero en su intento más serio de adelantamiento fue embestido por Verstappen, que frenó tarde, pisó el piano y se apoyó en el coche naranja pinchando un neumático y dañando su alerón. La FIA vio lance de carrera, ahí quedó todo. Max se maneja siempre al límite de la tarjeta amarilla. Aunque el madrileño no se arruga: “Volvería a intentarlo”. Habrá segunda parte.
El motor Renault, pros y contras
Que Renault ha dado un salto de calidad en cuanto a las prestaciones de su unidad de potencia es evidente. Que la fiabilidad, al menos en estas primeras carreras, ha caído en picado, también. El MGU-K de Sainz se rompió en 11 vueltas de Australia, ya ha montado el segundo cuando sólo hay dos piezas disponibles por temporada sin penalización. Y en Bahréin hubo fallo simultáneo de los coches de Ricciardo y Hulkenberg cuando estaban en los puntos, una imagen lamentable para el fabricante, que está relacionada con la misma pieza al menos en el caso del australiano.