Muere el inventor del HANS: el ángel de la guarda del piloto
Robert Hubbard salvó innumerables vidas con un dispositivo instaurado en F1 en 2003 y que evitaba las fracturas de la base del cráneo en los accidentes.
"Estamos muy tristes por habernos enterado de que el Dr. Hubbard, inventor del dispositivo HANS, murió la noche pasada. Su invento ha sido el avance más importante en seguridad de los últimos 20 años y ha salvado a muchas personas de lesiones o de consecuencias peores. Le damos el pésame a su familia y amigos. El invento de Bob realmente cambió la seguridad del automovilismo, era una persona con un gran corazón, dispuesto a ayudar a cualquiera que lo necesitase. Lo vamos a echar mucho de menos Descansa en paz, Bob", anunciaba la compañía HANS Device en un comunicado.
Robert Hubbard fue profesor de ingeniería biomecánica, ciencia de materiales y mecánica en la Michigan State University hasta su jubilación en 2006, pero antes de ejercer la docencia trabajó en General Motors investigando y desarrollando maniquíes para test de choque e impacto. Además había hecho un doctorado sobre las propiedades mecánicas del hueso del cráneo mientras trabajaba en el instituto de investigación de seguridad en carretera de la universidad donde después fue profesor. Todo este bagaje le hizo llegar a la conclusión de que los pilotos morían en los accidentes porque sufrían fracturas de la base del cráneo al no llevar la cabeza bien sujeta.
El fallecimiento de Patrick Jacquemart, amigo de su cuñado y piloto Jim Downing, fue el impulso definitivo que les llevó a desarrollar la idea del HANS del que presentaron la primera patente en 1985. Sin embargo, nadie pareció interesarse mucho por el invento pero eso no les hizo desistir. Pulieron el modelo inicial y poco a poco recibieron el apoyo e informes de estudios de otras universidades que demostraban su labor en la seguridad. La muerte de Ratzenberger y Senna en el fatídico GP de San Marino en 1994 hizo que el profesor Sid Watkins y la FIA empezaran la concienciación, pese a las reticencias de los pilotos que lo veían como algo muy incómodo y limitante.
En 2003 se incorporó definitivamente en la F1 gracias también a la extensas pruebas realizadas por Hubert Gramling, ingeniero de Mercedes, en colaboración con la FIA. antes la ChampCar y la Nascar, tras el brutal fallecimiento del mito Dale Earnhardt en la última curva de la última vuelta de la Daytona 500 de 2001, ya lo habían implementado como obligatorio. Por menos de 1.000 euros, el invento de este doctor estadounidense, que va anclado al casco, ha salvado muchas vidas y muchas lesiones cervicales y medulares.