De Valentino a Márquez: MotoGP en los últimos diez años
La categoría reina ha reunido en la última década a grandes leyendas, que mantienen con vida una ambición y un talento con los que tocar el cielo.
El ‘reto de los 10 años’ ha llenado de fotografías las redes, mostrando los cambios físicos de todo aquel que se ha sumado a él. Sin embargo, la evolución de la que aquí se habla, es una radiografía de cómo ha cambiado el Mundial durante la última década dentro de un mundo, donde el tiempo no perdona. 10 años no han pasado en balde en la clase reina y este periodo ha dado lugar a varios cambios, que han desembocado en un momento de plena revolución donde un huracán llamado Marc Márquez, lo ha puesto todo patas arriba.
Cuando el de Cervera se encontraba todavía fuera de escena, era Valentino Rossi quien llevaba la batuta y marcaba la pauta en la máxima categoría. El italiano era la referencia de MotoGP y en 2009, coincidiendo con la entrada de Bridgestone en el Campeonato, el de Tavullia tocó el cielo con su novena corona mundialista para recibir una década esperanzadora, en la que quería prolongar su reinado. Por el camino, el doctor se encontró con varias sombras que, a día de hoy, han impedido hacer realidad un décimo título con el que él todavía sueña. Pero ningún legado es eterno y el talento de los otros se ha cruzado en una senda, donde la ambición también le ha pasado factura.
A partir de 2010, la bandera española comenzó a hacer fuerza dentro del Mundial y Jorge Lorenzo, conquistó su primer título de MotoGP tomando el relevo que dejó Crivillé. El balear superó a su compañero de equipo y a golpe de martillo, quebró el poder de un Valentino que decidió tomar un cambio de rumbo que le dirigió hasta Bolonia. El italiano aterrizó en las oficinas de Borgo Panigale para vestirse de rojo en un curso donde, un hombre que conocía muy bien la Desmosedici, conquistó su segunda corona aunque, en esta ocasión, a lomos de una Honda.
Casey Stoner repetía hazaña y volvía a lo más alto antes de afrontar su último curso en el Mundial, tras una temporada marcada por la pérdida de Marco Simoncelli en el Gran Premio de Malasia. La ausencia del italiano se sumó a la retirada del australiano, siendo dos pérdidas que dejaron huérfana la categoría en un año, donde se dio la bienvenida a los equipos independientes y en el que Lorenzo volvía a imponerse junto a una Yamaha que, al igual que el resto de monturas, aumentó la cilindrada a 1000cc. La alegría en el garaje de los japoneses no se compartía en el rostro de un Valentino Rossi, que volvió a tocar una puerta que, para él, siempre ha estado abierta.
Huracán ‘Marc Márquez’
El italiano regresó junto a los de Iwata en 2013 para volver a pelear por el Mundial, coincidiendo con la llegada de Marc Márquez a la categoría. Cambiaba el sistema de clasificación incorporándose la Q1 y la Q2 en la máxima cilindrada pero la verdadera revolución, se vivió sobre el asfalto. El garaje de Honda acogió a un piloto con tanto que decir que incluso, dejó al resto sin palabras. Los límites de otros no existieron para él y su actitud, forjó a un campeón del mundo que en seis años, tan solo ha cedido un título que custodió, de nuevo, Jorge Lorenzo.
El balear se impuso a su compañero de garaje en la última prueba del año, tras un curso donde el idilio entre Valentino y Márquez llegó a su fin. La admiración dejó de ser mutua y Sepang, rompió un lazo que parecía inquebrantable, salpicando la atmósfera que envolvía un Mundial, en el que se asentó la tensión como también, sucedió dentro del garaje de Yamaha. La relación entre sus pilotos supuso un muro mucho más potente que el que ya figuraba en el box y mentalmente, fue Márquez quien salió fortalecido y ansioso por aprovechar la oportunidad que le brindaría 2016.
La entrada de la electrónica y la vuelta de Michelin al Mundial, creó un nuevo rival para equipos y pilotos. Experto en dominar ante las adversidades, Márquez volvió a reafirmar su potencial y conquistó su tercer título ante un Andrea Dovizioso, que despertó a una fiera llamada Ducati, la cual, había pasado varias temporadas dormida. Desde Italia ansiaban el título y para llegar a él, decidieron contar con un campeón que en el garaje de los de Bolonia, se encontró con su peor versión. Jorge Lorenzo desapareció. El potencial del balear se perdió durante una temporada en la que Márquez conservó su hegemonía, para volver en su máxima expresión.
El aluvión de críticas que cayó sobre Lorenzo durante 2018, reavivó su mejor interpretación a lomos de la Ducati y dejó su sello junto a una escudería, que decidió prescindir de él. Ante un futuro incierto, Dani Pedrosa sí fue rotundo con su porvenir. El español anunció su retirada, convirtiéndose en otra de las pérdidas más sentidas en el Mundial a lo largo de estos 10 años. Sin embargo, su marcha, le abrió las puertas de Honda a un Jorge Lorenzo, que formará junto a Marc Márquez una dupla excepcional dentro del seno de la marca del ala dorada.
Los cambios han sido muchos, pero hay algo que queda intacto a lo largo del tiempo. El hambre de victoria sigue con vida en cada uno de esos pilotos, que luchan por saborear la gloria año tras año. Lo inalcanzable nunca lo ha sido para ellos y ahí está la clave en MotoGP: llegar al cielo aun teniéndolo lejos. Sobre monturas imprevisibles, viven a base de milésimas que se unen a la épica y la leyenda de sus puños dando gas. Y si se siente, es la mejor forma de vivir.