RALLYS
Han pasado 20 años: “Trata de arrancarlo por Dios”
Hoy se cumplen dos décadas del fatídico Rally de Gran Bretaña en el Carlos Sainz y Luis Moya perdían un título mundial a 500 metros de la meta.
24 de noviembre de 1998. El champán estaba preparado para la celebración. A punto de descorchar. Tan sólo faltaba el último tramo de Gran Bretaña para que Carlos Sainz y Luis Moya sumasen su tercer título mundial. Su principal rival, Tommi Makinen, se había retirado tras arrancar una rueda en la primera etapa, y ellos sólo debían llegar a la meta de la especial de Margam Park, en los aledaños de uno de los típicos castillos de la zona.
Pero la esperada explosión de júbilo se tornó en tristeza. El Toyota Corolla se paró a 500 metros de la meta. “No puede ser. No puede ser”, repetía Sainz, mientras que Moya gritaba su frase ya universal: “¡Trata de arrancarlo, Carlos! ¡Trata de arrancarlo por Dios!”. Una biela salió por un costado y Makinen se enteraba que era campeón cuando se dirigía al aeropuerto derrotado.
“Es lo más cruel que me ha pasado nunca”, reconocía el madrileño. “Estas cosas pasan, sin más, porque estamos en manos del factor mecánico”, explicaba tras recuperarse del mayor disgusto de su carrera deportiva. Una imagen que a Moya le ha marcado: “un día pinché en La Coruña y todos los que pasaban mientras reparaba me gritaban ‘trata de arrancarlo por Dios’”.