No fue una victoria más. La primera posición de Lewis Hamilton en el Gran Premio de Brasil, unida al quinto puesto de Valtteri Bottas, facilitó a Mercedes conseguir el pentacampeonato de equipos, a falta del Gran Premio de Abu Dhabi 2018.
Un triunfo que Hamilton celebró de manera muy impetuosa con los mecánicos de Brackley , haciendo ceder incluso la valla de separación que la FIA instauró en la calle de boxes de Interlagos, para posteriormente arrodillarse y abrazarse a la unidad de potencia de su monoplaza.
Un apasionado festejo del piloto de Stevenage que ahora se puede justificar: "Tuvimos una carrera tan horrible con un resultado final perfecto: Lewis ganó y nosotros ganamos el Campeonato de Constructores. Pero puedo decirles que a mitad de la carrera obtuvimos información: fallo inminente de la unidad de potencia en el coche de Lewis Hamilton. Los chicos de al fondo, los chicos de HPP [High Performance Powertrain] lo arreglaron. Dios sabe cómo se puede reparar el hardware que está a punto de romperse y hacer que el monoplaza termine", analiza Toto Wolff.
Wolff señala en 'Reuters' que el escape del W09 alcanzó temperaturas superiores a 1.000°: "Tengo unos 10 canales abiertos en el auricular y en uno de los canales escuché: 'Fallo inminente de la unidad de potencia de Lewis Hamilton, va a fallar en la próxima vuelta'. Puse el volumen y dije: '¿Disculpe qué?' Y respondieron: 'Sí, tenemos un problema masivo con la unidad de potencia y va a fallar en la próxima vuelta'. No falló en la siguiente vuelta y volví a hablar: 'Cuando tengan un minuto, avísenme'. Los dejé trabajar, pero les pedí que me contaran lo que estaba pasando. Más tarde me explicaron que nuestro escape simplemente estaba a punto de fallar , ya que estamos sobrepasando todos los límites de temperatura. Comenzaron a arreglarlo y la temperatura bajó a menos de 1.000°C , 980°C , pero aún era demasiado alta. Luego se recuperó a la siguiente vuelta. Fue realmente horrible".