Bagnaia le gana a Oliveira otro gran duelo de última curva
Nueve veces se pasaron en las cinco vueltas finales y el italiano recupera así el liderato. Marini bate en la pugna por el tercero a Márquez, que se cayó.
De un tiempo a esta parte, Moto2 vuelve a ser Moto2, con carreras que se deciden en la última vuelta e incluso en la última curva, como la de Brno el domingo pasado y como la del Red Bull Ring de hoy. En ambas fue protagonista Oliveira, pero con saldo diferente. El portugués se impuso en el trazado checo y tuvo que conformarse con el segundo en el austriaco, superado por un sensacional Bagnaia, que con su quinto triunfo del curso vuelve a ponerse líder, ahora con tres puntos de ventaja sobre el luso.
La carrera arrancó con un toque en la primera curva en el que el peor parado fue Quartararo y en el que se mantuvo en pie de milagro fue Márquez. Sin embargo, la suerte que tuvo Álex en ese primer viraje le faltó en el último cuando rodaba tercero por delante de Marini, que hizo un gesto con la mano después de ver a su rival en el suelo. El duelo de hermanísimos también fue muy entretenido, con Pasini, que acabó cuarto, como agitador también de esa pelea. Perdió comba con ellos Navarro, que acabó quinto a ocho segundos y medio de la cabeza. Más atrás aún terminó un Mir que anda desconocido, incómodo sobre la Kalex del Estrella Galicia. El campeón de Moto3 sólo pudo ser octavo, superado también por Binder y Schrotter.
Volviendo al gran duelo por la victoria, el zafarrancho de combate se desató a cinco vueltas del final, pasándose entre Baganaia y Oliveira un total de nueve veces, como Lorenzo y Márquez en Brno, aunque en muchas menos vueltas. Los dos son buenísimos y el año próximo llegarán por la puerta grande a MotoGP, independientemente cuál de los dos acabe campeón este año, porque el título ya es sólo cosa de ellos al quedarse Márquez a 76 puntos de la cabeza. La ocupa nuevamente Pecco, que superó a Miguel en la frenada de la penúltima curva y no se puso nervioso cuando su rival volvió a intentarlo algo colado en la última.
Hubo momentos en los que bien se pudo pensar que acabaría ganando el que marchaba tercero, porque los adelantamientos fueron duros y ajustados, aunque siempre limpios y con un control tremendo de sus monturas. Ganó la Kalex a la KTM, en su casa, y cerró el podio otra Kalex, la de un Marini que sigue demostrando que es mucho más que el hermano de Rossi, porque lleva ya tres podios consecutivos, un segundo y dos terceros.