Di Grassi gana y se reivindica; Bird pone en aprietos a Vergne
El brasileño, tras un año aciago, dio un recital de adelantamientos para ganar, y el británico recorta 23 puntos al francés.
Al lado de un enorme lago salpicado de pequeñas barcas y de gente apostada en sus zonas de recreo disfrutando de los primeros días calurosos del año. Merecía la pena tanta espera para los suizos si detrás de su prohibición a las carreras que ha durado 64 años esperaba este gran escenario. Zúrich, en todo su esplendor, se ha ganado el corazón de la Fórmula E y ya la llaman 'La Pequeña Mónaco', no por su tamaño, sino por sus vistas de postal. El espectáculo estaba garantizado fuera de la pista, quedaba verlo dentro, y vaya si lo hubo...
Dos hombres, sobre todo, se encargaron de ello: Di Grassi y Vergne. Ambos hicieron vibrar a los espectadores que acudieron al circuito, entre los que estaban figuras de renombre como Fittipaldi, Massa, Webber o Todt, presidente de la FIA que antepuso la FE a la F1. Mientras Agag le explicaba a Naomi Campbell la trascendencia de esta cita, el brasileño y el francés se ponían manos a la obra para hacer una carrera tremenda. El primero, para lograr su primera victoria de la temporada, y el segundo, para no dejarse muchos puntos con su gran rival.
Evans sorprendía logrando la primera pole de su vida en la clase eléctrica y un idéntico hito para Jaguar, pero su ritmo no fue lo suficientemente rápido como para abrir hueco y siete coches rodaron muy juntos en la primera parte de la prueba. Se podía ir más rápido a través de las once curvas del circuito y así lo demostró el que partía sexto, Di Grassi, Con gran ímpetu y velocidad se iba quitando rivales de encima en la primera frenada, la más delicada al estar la recta de meta tan plagada de baches que la convertía en una montaña rusa.
López, D’Ambrosio, Bird, Lotterer… ninguno pudo frenar a Luca. Una detrás de otro fueron cayendo en las redes del de Audi hasta que llegó a Evans y le puso la alfombra roja hacia el triunfo, recordando, en un año aciago, por qué fue el campeón de la pasada temporada. Y el que lo pretende ser esta hizo algo similar pero desde más atrás. Una clasificación horrible dejó a Vergne en la 17ª plaza de la parrilla, viendo un mundo entre él y la tercera plaza de Bird, quien sonreía tras la Superpole… y lo haría aún más desde el segundo cajón del podio.
A 10 vueltas del final, Dirección de Carrera repartió una ristra de sanciones en forma de Drive Through por superar el límite de velocidad con bandera amarilla que afectó a cinco pilotos, entre ellos a Vergne. Un frenazo a la remontada del francés, que llegó a rodar séptimo y solo rescató uno. Así, el cara a cara entre Jean-Eric y Sam se saldó en Zúrich con un +17 para el británico. 23 puntos para decidir el título. Esta cita fue histórica, pero hay que pasar página porque en Nueva York esperan dos carreras más y la corona para el cuarto campeón de la FE.
