Toyota es la envidia de Honda
Tres años con Alonso lejos de los puestos de honor junto a Honda contrastan con una primera carrera exitosa junto al equipo con sede en Colonia.
En el podio de Spa, Buemi, Nakajima y Alonso escucharon el himno japonés en honor a Toyota. El asturiano es un enamorado de la cultura nipona y parece que ahora estrecha su vínculo con el país del sol naciente en esta aventura del WEC. Nada nuevo para él, durante las últimas tres temporadas ha sido piloto de Honda, el socio de McLaren, hasta que los malos resultados y las escasas expectativas de progreso rompieron el matrimonio que pretendía emular los tiempos de Senna y Prost.
Las diferencias entre el departamento de F1 de Honda y la división de competición de Toyota son evidentes. El equipo híbrido tiene su base en Colonia, Alemania. Su presidente es Hisatake Murata pero los responsables del día a día son tan europeos como la Resistencia: el holandés Leupen y el francés Vasselon. En cambio, la base de Honda está en Sakura y eso siempre complicó las comunicaciones con Woking e Inglaterra, el epicentro del gran circo.
Es cierto que el bagaje de Toyota en Le Mans no es positivo y acumulan abandonos crueles a pesar de que las versiones del TS Hybrid han sido competitivas y su gestión del motor eléctrico, impecable. Quieren cambiar ese pasado, también por eso tienen a Alonso en sus filas, y por ahora los resultados son óptimos con un doblete y una victoria para Fernando en su primera participación. Durante 55 carreras con el motor Honda propulsando al McLaren no hubo mucho que celebrar: tres quintos puestos fueron el mejor botín. También el motor japonés acabó con las opciones del asturiano en la Indy 500 mientras Hasegawa, ya fuera de la F1, seguía la carrera en su motorhome de Mónaco. Siempre es mejor empezar las relaciones con buen pie…