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F1 | GP DE AZERBAIYÁN

Alonso y Sainz, el Khazri como esperanza en Bakú

"Aquí con los edificios puede haber corrientes que afecten mucho", asegura Sainz. Y Alonso: "Eso puede hacer la carrera más complicada".

Azerbaiyán
Carlos Sainz, en Bakú.
ANDREJ ISAKOVIC

De madrugada empezó a silbar el viento. En las afueras de Bakú la calle está casi desierta salvo por dos coches de policía que interrogan a dos tipos a punta de pistola. De repente, los agentes cogen a los sospechosos y se esconden detrás de los coches. El viento, entonces, se lleva un contenedor de basura que pasa rozando uno de los coches de policía. Películas reales a altas horas de la madrugada en la capital de Azerbaiyán. “Es el Khazri, suele ser por la noche, pero eso fue solo un aviso, el domingo habrá mucho viento del norte, frío y peligroso”, dicen.

No se espera peligro alguno, pero es cierto que según las previsiones pueden llegar rachas de casi 60 km/h durante la carrera de F1. Afortunadamente, hay edificios que pueden hacer que no se note tanto en la zona más bonita de la ciudad. Bakú está situada en la península de Apsherón a 28 metros bajo el nivel del mar y su clima es semidesértico con los vientos como grandes protagonistas. El Khazri es el viento del norte que trae frío y el Gilavar, el del sur. Puede haber ráfagas importantes. De hecho en algunos equipos, como McLaren, prevén vientos superiores.

Alonso nos hablaba de los vientos estos días y cómo puedan afectar a la carrera: “Va a ser una carrera emocionante, bonita, pero es que además se esperan vientos de hasta 75 km/h, creo que nunca he rodado en un F1 con ese viento y eso puede hacer la carrera más complicada”. Ver los problemas como oportunidades, una de las claves de la gente de éxito. Algo parecido sentía Sainz: “Para la carrera se espera mucho viento, habrá que ver cómo afecta porque aquí con los edificios puede haber corrientes que afecten mucho. A ver qué podemos hacer”. Hay dos opciones, esconderse detrás de los coches o coger impulso.