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MOTOGP

Puig: "Las cosas pasan por algo y Márquez busca lo que logra"

Conversación pendiente con Alberto a raíz de su felicitación a Marc a pie de podio tras el duelo de Japón con Dovizioso. Pone el alma al hablar del 93.

Cheste
Alberto Puig, en una imagen de archivo.
RAFA APARICIODiario AS

Había pendiente una conversación con Alberto Puig a raíz de una de 'Las siete conclusiones del GP de Japón' que AS publicó tras el histórico duelo entre Dovizioso y Márquez bajo la lluvia de Motegi. Se titulaba 'La felicitación de Puig a Márquez' y decía así: "Me llamó mucho la atención la felicitación sentida que le transmitió Alberto Puig a Márquez en el corralito después de acabar la carrera. El ilerdense ha pasado de ser su rival, cuando trabajaba pegado a Pedrosa, al piloto que más admira. De las muchas virtudes que tiene el pentacampeón, la que más admiración produce en el expiloto es su valentía, su arrojo y su casta. Los bemoles que pone encima de la Honda, para olvidarse de calculadoras en beneficio del campeonato y para poner de su parte lo que le falta a la moto a base de agallas. Y es que lo de Honda es para hacérselo mirar…".

- No es habitual verle a pie de podio, en el corralito, desde que ya no trabaja con Pedrosa. ¿Por qué estaba allí ese día de Motegi?

- Estaba por allí porque después se corría la Asian Talent Cup y esa carrera de MotoGP fue excepcionalmente buena, para los dos pilotos. Marc defendiendo y Dovizioso atacando, por la diferencia que tenían en la general. Así que jugarse el tipo de esa manera, hasta el límite de llegar a la última curva e intentarlo, habiendo un Mundial de por medio, salvando situaciones críticas y asumiendo el riesgo en agua, me pareció realmente... Cómo lo diría. Desproporcionadamente valiente o arriesgado. Por parte de ambos, pero Marc no era el que tenía que atacar y probarlo así hasta el final... Eso te dice que los seis títulos que tiene están justificados, están más que explicados con imágenes. Es verdad que estaba por ahí y pensé que le tenía que decir había hecho una buenísima carrera. Muy sorprendente, por lo que se está jugando y la dificultad que conlleva hacer una carrera en agua y contra un tío que también es buenísimo y tenía una gran moto ese día, que te está apretando y que no te suelta. No aflojar tu intensidad de nivel de esfuerzo mental es lo que realmente cuenta. Si no hubiera un campeonato de por medio, no se produciría esta conversación, pero en aquella situación fue muy interesante todo. Aquello demostró muy claro el porqué de las cosas. Es difícil de explicar.

- Se le entiende perfectamente.

- No es una cosa premeditada. Yo estaba por allí e, instintivamente, sentía que debía saludarle y felicitarle, porque desde fuera fue espeluznante. (Se ríe).

- ¿Se acuerda de lo que le dijo?

-No y no es importante. Todo el mundo felicitó a ese hombre por esa carrera, y también a Andrea. Yo simplemente pasaba por ahí.

-¿Aquella demostración de Márquez en Japón, aún perdiendo, es la esencia máxima de lo que ha de ser este deporte para usted? Algo que le hubiera gustado tener a usted mismo y que hubieran tenido los pilotos con los que ha trabajado.

-Para mí y para todos. No soy yo sólo el que valora esto. Las cosas pasan por algo y Márquez busca eso. Acepta, asume el riesgo. El riesgo de la caída, el de no puntuar, el de fracasar. Todo gran campeón fracasa, porque una no victoria para un gran campeón es un fracaso. Este tipo, a pesar de los altibajos, porque 27 caídas en un año son más bajos que altos, a pesar de eso insiste. Tener 27 caídas en un año con una MotoGP, ojo. Pero eso no es suficiente para reducir su nivel de intensidad, ambición o ganas. Esa es la diferencia y no estoy contando nada nuevo.