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MOTOGP | GP DE ITALIA

Frenada de San Donato: de 350 a 90 en 288 metros y 5.2 segundos

La recta de Mugello es la más larga con 1.141 metros, una deceleración de 1,5 y una presión máxima sobre la leva de 5,4 kilos.

Mugello
Valentino Rossi con el casco de su cara en Mugello 2008.
ANDREAS SOLAROAFP

De todos los cascos especiales que ha estrenado Valentino Rossi en el GP de Italia, el más recordado es el de 2008, en el que puso una divertida imagen de su rostro cuando afrontaba la frenada de San Donato. Esa primera curva de Mugello se trata de una de las frenadas más potentes de todo el campeonato, porque viene precedida de la recta más larga del Mundial (1.141 metros) y es en la que los pilotos alcanzan las velocidades puntas más elevadas del año. Según datos facilitados por Brembo, los pilotos de MotoGP pasan de 350 kilómetros por hora a 90 en 288 metros y en 5.2 segundos. Además, soportan una deceleración de 1,5 g y una presión máxima sobre la leva de freno de 5,4 kilos.

Con todos esos datos, no es de extrañar la cara de susto/sorpresa de Rossi en ese recordado casco suyo, pero mejor aún conocer las sensaciones de los pilotos. Alvaro Bautista, que en el FP1 ha marcado 350.1 sobre su Ducati del Pull & Bear Aspar, las expresa así: "No hay tiempo para pensar en esos momentos, porque la moto se mueve un montón y te hace una caballito en el rasante que hay un poco antes de la frenada. Además, la curva es ciega, por ese cambio de rasante. No tienes mucho tiempo y tienes que tener muy claras las referencias, así que cuando frenas es cuando notas lo realmente rápido que se llega a ese punto". Al preguntarle al talaverano si se pasa miedo o ese disfruta en un punto así, dice: "Se disfruta cuando ruedas rápido y se sufre cuando tienes problemas para ir rápido". Y al pedirle que elija entre afrontar esa frenada rodando solo o en grupo, sentencia: "Mejor solo, sin duda".

De ese punto del trazado de Mugello se acuerda bien Sete Gibernau, que este año se ha reenganchado a la caravana mundialista como hombre de confianza de Pedrosa. Al preguntarle por la brutal frenada de San Donato, desvela a AS algo que se desconocía: "En 2008, que yo ya estaba de vacaciones, me vine aquí a probar la Ducati y me explotó el neumático trasero a 322 por hora. Ahí sí que deceleré más que cuando corría. Y de esa época lo recuerdo como un punto que molaba mucho y en el que sentía placer con las sensaciones que me transmitía esa frenada".