"Siendo italiano, es muy difícil progresar porque aquí tenemos a Ferrari. Es el símbolo de Italia y todos estamos muy orgullosos de ella, pero al mismo tiempo crea algunos obstáculos para los italianos, porque todos los ojos están puestos en Ferrari". Lo decía Jarno Trulli, junto a Vitantonio Liuzzi, el último de aquel país en F1, el primero con renault y el segundo con el equipo español HRT. Ahora Giovinazzi da el primer paso.