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MOTOGP

Lorenzo: "Sabe bien destronar a Rossi, Stoner y Márquez"

El pentacampeón brinda por su tercera corona de MotoGP en AS y asegura que se está planteando cambiar el 99 por el 1 en 2016.

Madrid
Lorenzo repasando una tumbada suya con la Yamaha.
Lorenzo repasando una tumbada suya con la Yamaha.JESUS RUBIODIARIO AS

Esa manita que luce Jorge Lorenzo desde la semana pasada es la de todo un pentacampeón del mundo. Le ha costado sangre, sudor y lágrimas, y le suena a gloria bendita: ¡¡¡Pentacampeón!!! “Se dice rápido, pero es impresionante haber conseguido cinco títulos y tres de ellos en MotoGP. Cuando llegué al Mundial con 15 años, no me esperaba conseguir tantas victorias y títulos, pero al final han llegado con muchos momentos de dureza, de sufrir y de disciplina, muchísima disciplina. Así se consiguió”.

Lo cuenta en su visita a la Redacción de AS, feliz como pocas veces y maduro como nunca. Sabe que ha hecho historia y que es el único que ha sido capaz de destronar a tres grandes entre los grandes. A Rossi en 2010, a Stoner en 2012 y a Márquez en 2015. Casi nada... “Destronar a los tres sabe bien. Marc es increíble como piloto. Ganó en su primer año en MotoGP y eso es algo que se consigue siendo rapidísimo y teniendo una ambición desmesurada. Con Stoner, que tiene dos años más que yo, nunca he visto a otro piloto con tanto talento natural. Desde que lo vi en el CEV en el año 2000, nunca vi otro igual en cuanto a talento. Y Valentino porque quizás sea el piloto, mediáticamente y por resultados, más importante de la historia del motociclismo. Es muy inteligente en la pista y muy completo. Los tres son muy difíciles de batir y me siento muy afortunado de haberlo conseguido”, desmenuza.

Un grande que nunca fue campeón de la clase reina es Biaggi, enconado enemigo de Valentino y, al mismo tiempo, amigo del alma de Jorge. Max estuvo en el Ricardo Tormo, como muchas otras veces invitado directamente por el mallorquín. El romano conquistó cuatro mundiales de 250cc, pero ninguno de MotoGP. “Ha sido campeón del mundo cuatro veces. Es verdad que ninguna de ellas de la categoría reina, pero tiene una vida afortunada. Profesionalmente le faltó la guinda en el pastel, pero al final todo el que es campeón del mundo ha conseguido algo importante”, asegura de un Biaggi que, seguramente, ha disfrutado más que nadie al ver a su querido Lorenzo impidiendo que Valentino alcance su ansiado décimo Mundial: “Lo que Biaggi no consiguió, que es batir al que fue su máximo rival, Valentino Rossi, lo ha conseguido su fan, que soy yo. Siempre le seguí desde que empecé a ver las carreras y para mí era un sueño competir con él. No pude cumplir ese sueño, porque se retiró en 2005, cuando yo aún estaba en 250, pero sí que he podido competir con su máximo rival y batirlo varias veces”.

Al mallorquín de 28 años le sonríe la vida, en lo personal y en lo profesional, tanto como que está a la altura de dos leyendas de Yamaha como son Roberts y Rainey, empatado el trío ahora con tres títulos con los diapasones. “No he podido hablar aún con ellos, pero Wayne me ha mandado algún mensaje y me ha dicho que está muy contento de que haya podido igualarle. De Kenny no he tenido noticias, pero también estará muy contento porque me tiene mucho cariño desde que fui a rodar a su casa a entrenar un par de semanas”, asegura antes de preguntarle si podrá superarlos: “Será muy complicado superarles, pero no imposible. Voy a luchar por ello hasta que me retire. Creo que un título más es posible, pero conseguir muchos más va a ser difícil, porque la competencia es feroz. No sólo en cuanto a pilotos sino también a nivel de marcas, porque están muy igualadas y es difícil, pero hay que intentarlo”.

El próximo año tendrá opción y a día de hoy no sabe si lo hará de nuevo con el 99 en su M1 o le dará una oportunidad al 1 de campeón: “No lo tengo decidido aún. Estoy dudando. En la celebración por el título, pedí la opinión a mi equipo y la mayoría elegía el 99, pero al final la decisión la tomo yo y aún no está tomada. Sería bonito poner el uno, pero el 99 soy yo y me representa. No sé de qué dependerá y, con tanta celebración, aún no me he parado a pensarlo”. Que se plantee el cambio ya es noticia.

Tiene perfectamente asumido Jorge Lorenzo que su quinto Mundial, el que se decidió en la carrera más vista de la historia, con seis millones de espectadores y un minuto de oro de siete, ha estado envuelto por la polémica desde que Rossi decidiera acusar a Márquez el jueves de Sepang de querer ayudarle.

Jorge preferiría que primara lo deportivo: “Para nosotros este Mundial era el Mundial imposible, porque no era para nosotros, pero al final hemos conseguido ganarlo. Era tan difícil… He estado dos veces a 29 puntos (la segunda fue a 23) y otra a 18, recuperando siempre la distancia y, en la última curva de la última vuelta, hemos conseguido ganar la carrera y ponernos líderes en el momento preciso, tras tres semanas con mucha polémica. No ha habido final más dramático y emocionante, y con mejor final para nosotros”. Pero no le importa extenderse a la hora de hablar y analizar la polémica surgida.

Da mucho de sí y es el propio Lorenzo el que empieza por el principio: “En Malaisia me preguntaron por una acción que hubo y di mi opinión. Si esa acción la hubiera hecho otro piloto, igualmente habría dicho que estuvo mal, que no la veía deportiva y que nunca tenía que haber existido. Como yo estaba luchando en ese momento con él, creó unas consecuencias. Valentino dio su opinión y la idea que él tenía en su cabeza, sobre que Marc y yo estábamos aliados y que Marc me quería ayudar, lo que es algo que no tiene mucho fundamento. Si eso fuese así, Marc no se hubiera caído en Aragón intentando alcanzarme y en Phillip Island no me hubiera pasado en la última vuelta. Esa idea no tiene fundamento ni es cierta y es más, desde que llegó a Valencia, Marc siempre dijo que su objetivo era la victoria y algunos pilotos italianos sí dijeron desde el jueves que iban a ayudar a Rossi, y es lo que al final hicieron en carrera. Algunos le dejaron pasar incluso mirando hacia atrás”. Ése fue Petrucci, que sólo le faltó sacar el intermitente cediéndole el paso a su compatriota, aunque no fue el único que puso una alfombra roja en la remontada de Vale hacia la cuarta plaza.

Creyendo su versión, y la de Márquez y Pedrosa, se da por sentado que es cierto que no hubo biscotto ni biscottone ni nada por el estilo, pero por qué demonios dijo lo que dijo Lorenzo nada más bajarse de la moto. Son esas palabras acerca de que Marc y Dani no le habían intentado adelantar, teniendo mejor los neumáticos, porque son españoles y porque así el título se quedaba en España. Un marrón para los de Honda, por cierto, que explica el pentacampeón: “Los pilotos cuando nos bajamos de la moto, después de 45 minutos de alta tensión, y más si lideras desde el principio hasta el final, no sabes prácticamente dónde estás y te imaginas cosas. Cuando ves que Marc se pone a 0.3 y Pedrosa recupera 2.5, no sabes cómo han ido de forzados y ni si se han pasado entre ellos. Cuando dos o tres horas después puedo ver la carrera, y veo lo que les costaba recuperar el tiempo en la frenada, lo que se les movía la moto, y que faltando dos vueltas Pedrosa intenta el adelantamiento y yo ahí aprovecho para escaparme, ves claramente que ellos han dado todo por la victoria. Quizá Marc tenía la idea de intentar el adelantamiento en la penúltima o la última vuelta, pero ese adelantamiento de Dani le truncó un poco sus planes. Los tres hicimos más de 20 vueltas en 1:31 mientras que Rossi sólo hizo dos vueltas en 31. Si Rossi, en vez de salir último hubiera salido en primera o segunda línea, por ritmo el resultado habría sido el mismo”.

El que quiera entenderlo puede hacerlo, porque la explicación es clara y resulta perfectamente entendible que el 99 se encontraba en una nube nada más acabar la prueba en la que se coronaba. Aún así, habrá quien nunca quiera verlo de ese modo y está en su perfecto derecho, pero estaría bien que cuando llegara la primera cita de la temporada 2016, el 20 de marzo con las carreras nocturnas de Qatar, se recuperara la normalidad, se rebajara la tensión y primase lo deportivo por encima de las polémicas. Lo difícil es saber cómo hacerlo.

“Eso depende de los aficionados. La Prensa no puede hacer mucho y los pilotos, tampoco. Depende de la actitud de los aficionados. Durante mucho tiempo, en el motociclismo ha habido respeto entre los aficionados. Los que apoyan a un piloto siempre respetaban al otro y últimamente esto está cambiando. No viene de este año ni del pasado. En Donington Park 2008, donde vi el podio desde fuera, aficionados de Rossi también pitaban a Stoner después de una victoria. Lo poco entendible es que esto en las motos nunca había pasado. En el fútbol sí, pero no en las motos hasta hace algunos años”, analiza Jorge en ese sentido antes de apuntar a Rossi como posible solución.

Lo hace con este argumento: “En el momento en el que yo vea que la gente que me apoya y mis fans silben a otro piloto o lo insulten, enseguida intentaré poner medidas, pero no es algo que de momento haya sucedido, así que no sé la decisión que tomarán otros pilotos. Rossi en este caso, por lo que ha sucedido. Rossi es el que tendría más poder para intentar cambiar el comportamiento de sus aficionados”.

Rossi acabó muy enfadado y decepcionado con lo que él entendió como un amaño entre españoles para fastidiar al italiano. Se lo hizo ver incluso a Carmelo Ezpeleta, el CEO de Dorna, en unas imágenes en las que se veía como le decía que era “un asco” lo que había pasado. “No se vio toda la conversación y no se puede juzgar, porque no sabemos cómo terminó esa conversación. Es una opinión que tiene Valentino, respetable, porque a veces nosotros desde la frustración por haber perdido algo importante, y que veíamos al alcance de la mano, tenemos comportamientos erróneos. Yo creo que ése fue el caso de Valentino y pienso que en el futuro se dará cuenta de que ese comportamiento fue un error, pero todos hemos cometido ese tipo de errores. Hay que entenderlos y ponernos en la situación del otro”.

Asunto mucho menos polémico, pero que también ha generado controversia, es el casco HJC que ha utilizado esta temporada y cuyos fallos tan valiosos puntos le costaron en Qatar (se le cayó el forró interior sobre la frente y perdió mucha visibilidad) y Silverstone (se le empañó la visera en una carrera de lluvia). Era obligado preguntarle si lo va a cambiar para el próximo curso. “No lo sé. Aún no está decidido. Próximamente habrá noticias al respecto”, responde tranquilo antes de afrontar la anécdota de su celebración, la quemadura que le produjo la moto que le dejaron para el paseo triunfal. “Fue un sorpresón, en lo negativo. Estaba alucinando con que me estuviera pasando eso”, recuerda riéndose y, al preguntarle si no sería un boicot de un rossimaniaco, duda inocente: “No es verdad eso, ¿no?”. Y vuelve a reírse al decir: “Justamente las dos veces que he cogido una moto diferente a mi Yamaha M1, aparte de la de tierra, me ha pasado algo. En casa de Sete, cuando cogí esa moto pequeña me fastidié la clavícula y el otro día en Mallorca, a los veinte segundos de ponerme encima, me quemé. Pensé que no podía ser lo que estaba pasando, pero lo importante es que no tuvimos mala suerte con la moto de verdad”.

Y un brindis en el que le costó abrir la botella sin desparramar el cava: “Brindo por todos los aficionados al motociclismo, que nos han apoyado siempre y que están contentos por este éxito. Mucha salud para todos y Felices Fiestas”. Para ti también, pentacampeón.