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DTM

Molina: “Defendemos una marca, no el nombre del piloto”

El piloto de Audi cierra su sexta temporada en el DTM, en la que se ha convertido, en Nurburgring, en el primer español en ganar una carrera.

HockenheimActualizado a
Miguel Molina, piloto de Audi en el DTM.
Audi

Si a Miguel Molina le preguntan por su año preferido en el DTM, probablemente se incline por 2015. También por 2010, el de su estreno en el campeonato. Aunque lo que verdaderamente le hace sentirse satisfecho al piloto español (Girona, 17-2-1989), son las sensaciones. "En resultados quizá no ha ido todo como esperaba, pero cada vez me siento mejor. En calificación me siento muy cómodo, sacando partido a los neumáticos. Y en carrera nos falta regularidad, pero estamos mejorando. También en las salidas, que hasta hace nada eran el punto débil", reconoce Molina en Hockenheim, donde el DTM 2015 se convierte en historia.

Molina crece y en Audi Sport lo saben. El propio Doctor Ullrich, máximo responsable del apartado de competición de la marca de los cuatro aros, así lo reconocía ayer. Hay química entre coche y marca, que en el DTM es parte del copyright. "Estamos defendiendo una marca, no tanto el nombre del piloto", aclara Miguel, "En Audi se respira perfectamente esa labor de equipo. Nos tratan a todos los pilotos por igual. Todos empezamos los campeonatos con las mismas posibilidades, luego las carreras van poniendo a cada uno en su sitio. Cada vez que empiezo el año sé que puedo ganar y no estar a más de un segundo de los rivales", comenta el piloto gerundense, quien al mencionarle la Fórmula 1, río que aparece en todas las conversaciones del mundo del motor, asegura: "La Fórmula 1 es, en ese sentido, más injusta, porque dependes mucho más del coche".

Miguel fue inmensamente feliz hace tres semanas en Nurburgring, donde se convirtió en el primer piloto español en ganar una carrera en la historia del DTM. “Sabía que la salida era muy importante, tenía que cerrar a Blomqvist. Luego salió el safety car. Intenté hacer una táctica, como en el karting, cogí unos metros, me salí del DRS y seguí liderando la carrera. En las últimas 17 vueltas empecé a oír vibraciones, pero creo que era más problema de cabeza. Le pedí a mi ingeniero que me hablara por radio, para no ponerme demasiado nervioso. En la última vuelta sentí mucho, mucho frío, creo que por la tensión, pero finalmente gané la carrera. La primera. Fue emocionante”, afirma Molina, que reconoce que en las últimas citas la agresividad en pista ha aumentado: “Ha habido muchos toques. Pero no era adelantar, sino apartar. Yo siempre he sido contrario a eso, es lo que trato de inculcar a mis pilotos de karting. Pero la verdad es que si no lo haces, pareces el tonto de la película”.

Molina está centrado en el DTM, pero no evita la sonrisa cuando se le cruza el prototipo de Audi para las 24 Horas de Le Mans. Aunque sólo sea imaginariamente. "Me gustaría formar parte del proyecto de Le Mans, es el más grande que tiene la marca. El Mundial de resistencia y las 24 Horas de Le Mans me atraen mucho, por la tecnología del coche y por todo lo que envuelve a la competición. Es un objetivo a largo plazo. Soy joven y espero que en el futuro piensen en mí", sentencia, aunque cuando le preguntan qué haría si Toyota o Porsche fueran los que tocaran a su puerta, sonríe, resopla y dice: "Me lo tendría que pensar". Pero al instante reafirma sus pies en el suelo y deja claro su compromiso con Audi. Una vida con cuatro aros: "Estoy muy bien aquí y ahora no tengo nada en mente que no sea seguir".