Justin Wilson consigue salvar seis vidas tras su fallecimiento

Muchas veces, de los sucesos trágicos se pueden sacar buenas noticias. Me explico. Hace apenas un par de días que el mundo del motor lloraba la muerte de otro piloto, Justin Wilson, de 37 años. El británico fallecía en la cita de la IndyCar en Pocono Raidway (EEUU) a causa de un impacto brutal en su cabeza con uno de los restos del coche de Sage Karam, que se había estrellado contra el muro.

Injusticia y amargura se mezclaron a partes iguales y de nuevo, una vez más, como de costumbre en estas situaciones, flotaba en el aire una pregunta. ¿Por qué? Y como siempre en estas circunstancias no había respuesta.

Y lo que es la vida... Justin ha fallecido pero gracias a él otras personas podrán seguir viviendo, exactamente seis. El piloto donó parte de sus órganos a un grupo de personas con diferentes problemas de salud. Así lo anunció su hermano pequeño, el también piloto Stefan Wilson (disputa actualmente la Indy Lights), a través de la red social ‘Twitter’: “Wilson salvó 6 vidas hoy. Él sólo sigue poniendo el listón más alto. Mantengan a Julia y a las niñas en sus oraciones #myherojw”.

Con esta acción, Wilson deja un legado que va más allá de las hazañas que pudo conseguir en las numerosas carreras que disputó y en las diferentes pruebas en las que participó (además de la IndyCar, Wilson fue piloto de Fórmula 1 en 2003 con Minardi y Jaguar). Él es un héroe. Un verdadero ídolo. Esas seis personas le recordarán eternamente.

Además, como es costumbre en las carreras con víctimas mortales que se disputan en Estados Unidos (ya ocurrió con los españoles Bernat Martínez y Dani Rivas en la desgracia de Laguna Seca), se ha creado un fondo monetario para que las personas que lo deseen, depositen una cantidad económica para ayudar a la familia del fallecido. En este caso, se especifica que es para Jane y Jess, las dos hijas que deja Wilson.