GRAN PREMIO DE MALAISIA
Triunfo de Vettel, Sainz acaba octavo y abandono de Alonso
El asturiano tuvo un problema con el motor de su McLaren en la vuelta 22. Ferrari no ganaba desde España 2013. Merhi logró terminar en la decimoquinta plaza.
Se sentó en su estudio y empezó diciendo lo que le gustaría que pasara a su genio de los deseos. Quizá exista esto en la Fórmula 1. No lo creo, pero si así fuera, si hubiera un guionista sobrenatural podría haber escrito este cuento, este guión increíble en un deporte misterioso. Segunda carrera del año. Después de que en la primera el dominio de Mercedes presagiara un año aburrido, en Malaisia todo ha cambiado. Un bicampeón del mundo considerado por todos el mejor piloto deja el equipo más legendario de la historia después de luchar cinco años contra coches mediocres, harto, cansado… se va a la escudería a la que prometió no volver para liderar un proyecto nuevo. Alonso abandonó en su primera carrera con McLaren-Honda, una vez superado el peor accidente de su vida deportiva. Un tetracampeón que deja la escudería que le hizo feliz para ocupar el puesto de su rival en el equipo que no había sido capaz de hacer un coche ganador desde 2007. Sebastian Vettel gana en su segunda carrera con Ferrari con el coche de Alonso y acaba con el dominio de Mercedes. Son datos. Hechos. Pero tenemos que ir más allá.
El alemán, además, ganó la carrera con un coche que había creado el equipo que dejó el español en Ferrari. Así funciona esto. Para que la elección sea aún más criticada. Y es logico que lo sea en estos momentos. El tiempo dirá… La carrera de Vettel fue espectacular, empezó a ganarla con una vuelta de calificación sensacional en lluvia, siguió con un buen ritmo de carrera, continuó con una estrategia distinta al resto en un coche que cuida mucho y bien los neumáticos y finalizó con unas cuantas vueltas finales en las que demostró el talento que tiene. Es así.
Mientras todo eso pasaba, Alonso ya veía la carrera por la tele, algo cansado, la humedad y el calor intenso le dejan cansado. Vettel gritaba como suele, exhausto como después de un orgasmo con su Eva, el nombre que le ha dado a su coche rojo. Y por detrás Hamilton y Rosberg, enfadados. Sobre todo el inglés. “Me habéis puesto el peor neumático para el final”, les dijo a sus ingenieros. “Es el que toca”, le respondieron. Y cuando intentaban darle ánimos para que cogiera al alemán más bronca. “No me hables ahora que casi me salgo en las curvas”, le espetó por radio.
El británico sigue siendo líder, pero el rubio alemán se acerca. Hamilton salió bien con Vettel tras él, pero el Ferrari se quedó en boxes al salir el coche de seguridad por accidente de un Sauber y ahí fraguó su victoria, paró una vez menos que sus rivales que en ningún momento pudieron con él, y además se permitió pasar a los dos Mercedes, aunque Lewis en el momento de entrar a boxes. Sí, carrerón de Ferrari y Vettel. Es cierto. Felicidades.
Mientras, Alonso ha llegado y en pocas vueltas ha demostrado una vez más de lo que es capaz. Era octavo cuando le pidieron abandonar y luchando con mejores tiempos que los Red Bull. Terminó su carrera en la vuelta 22 y después también abandonó Button.
Red Bull, ese conglomerado de equipos que ha visto como James Key y los niños de Toro Rosso pueden con la escudería madre. Verstappen fue séptimo y Sainz, octavo, de nuevo en los puntos. La estrategia favoreció al holandés al que metieron en boxes cuando salió el coche de seguridad. Los dos por delante de Kyvat y Ricciardo.
Y atrás, Roberto Merhi terminando su primera carrera de Formula 1, a una vuelta, pero con un coche al que no se le puede pedir más. Habrá mejores ocasiones. De momento Felicidades también al castellonense. Como a Vettel. Y Ferrari. Fenomenale…