F-1 | GP DE MÓNACO
Rosberg gana y se coloca líder del Mundial; Alonso, cuarto
El alemán dominó de principio a fin y ya supera a Hamilton, que fue segundo. Alonso se aprovechó del abandono de Vettel. Sigue tercero en el Mundial.
“Nico, Nicoooo, Nicooo”. Antes de la carrera, en plena parrilla de salida gritan a Nico Rosberg que no mira hacia su derecha donde le reclaman. Siguen coreando su nombre hasta que finalmente el alemán se gira y ve allí a uno de sus amigos de siempre, uno de esos con los que creció en estas mismas calles, se acerca la choca la mano, hablan un instante. “Vas a ganar Nico”, le dice. Y el piloto de Mercedes le señala dos dedos, la segunda. Después de la carrera, tras recibir el trofeo del Príncipe Alberto, Nico choca otra vez la mano con su colega entre risas en el tumulto con varios tipos de seguridad vestidos de naranja intentando evitarlo. Así son las cosas en este lugar de mentira.
Pero victoria. La segunda. Ese era el reto. Eso lo que ha conseguido. Segundo triunfo consecutivo en Mónaco para Rosberg que deja claro que hay Mundial, que es capaz de ofrecer lo que necesita el campeonato: un rival para Lewis Hamilton. Segunda victoria del curso también para Nico, la primera con su compañero de equipo en pista y de nuevo líder del campeonato.
Junto a ellos, enorme, inmenso, talento puro el de Daniel Ricciardo. El piloto de Red Bull incluso se permitió luchar por la segunda plaza con Hamilton. Pero eso ahora lo contamos. Y tras los tres del podio, en una carrera sin grandes milagros, Fernando Alonso. El asturiano sigue tercero en el Mundial y ha visto como otro piloto también ha ganado ya dos veces en el circuito más especial del calendario. Cuarto Alonso. Lejos, a más de treinta segundos de Rosberg, en una carrera en la que Ricciardo con el Red Bull se quedó a poco más de nueve y a cuatro décimas de Hamilton.
Pero eso fue al final. Al principio hubo una salida mala de Ricciardo que se quedó parado en la parrilla, frenó a Fernando Alonso y Kimi Raikkonen aprovechó para adelantar a los dos. Y Vettel a su compañero. Por delante Nico ya iba directo a la victoria, líder de principio a fin, no tuvo mucha más historia lo suyo, concentración, clase, finura en la conducción, no cometer errores. Y ganar. Tan fácil. Tan complicado siempre.
Como hacía el año pasado Vettel. No ahora. El tetracampeón se quedó en primera marcha durante una vuelta entera y finalmente debió abandonar con problemas en su caja de cambios. La suerte cambia de bando. Así son las cosas. Era la carrera energética número 100 para el campeón, 38 victorias y 14 abandonos para él en Red Bull.
Antes, justo antes de que terminase la primera vuelta ya salió el primer coche de seguridad por un toque de Button a Pérez y el méxicano fuera de carrera. Con el segundo safety entran todos a boxes para cambiar neumáticos y llega la desgracia para Kimi Raikkonen. Al finlandés, que era tercero, le toca un Marussia y debe entrar de nuevo. Alonso gana un puesto, tras el que había ganado con Vettel. De sexto en las primeras vueltas a cuarto que sería al final.
Es esa parte de la carrera en la que Hamilton se acercaba a Rosberg y Alonso a Ricciardo en las batallas por la victoria y el podio. Pero definitivamente fue un espejismo, como ver un barquito de pescadores en este puerto de yates de millonarios, algo que pasa, pero no parece verdad. Nico tenía problemas de consumo, a Lewis le dicen que tire lo más que pueda. Pero cuando Rosberg recupera el motor se va de un Hamilton que no puede ver bien con un ojo y acaba defendiéndose del ataque feroz de Ricciardo. ¿Y Alonso? El asturiano con problemas en sus frenos pierde mucho tiempo respecto al australiano y se queda cuarto. Y ya.
Por detrás un tal Jules Bianchi, con sanción incluida, lleva su Marussia hasta la novena plaza y se convierte en el héroe de la jornada más allá de los que siempre brillan en las portadas. Es Mónaco donde todo puede pasar, es la F-1 ese deporte que despierta a los más dormidos en momentos de magia, donde siempre pasa algo, aquí dos coches de seguridad, un tetracampeón que abandona, un campeón del rojo al que le pasan cosas, una batalla entre compañeros que van a dar espectáculo en este Mundial, un coche malo que parece bueno en las manos de un chaval francés y Alonso por ahí intentándolo todo siempre. Esto es Mónaco donde ganó Rosberg. Hay Mundial… nos vamos a divertir.