Mugello se erige como el ser o no ser para Valentino Rossi

Al acabar la carrera de Le Mans, donde terminó duodécimo, después de irse al suelo yendo al menos en la pelea por las plazas de podio, AS le preguntó a Valentino Rossi si la próxima cita, la de este fin de semana en Mugello, su circuito talismán, era una de esas carreras en las que a él, en sus actuales circunstancias, sólo le valía ganar. El Doctor contestó con el ánimo bajo, pero con una sinceridad absoluta: "Para mí no será una carrera de ganar o ganar. Será muy, muy importante conseguir un buen resultado, porque amo Mugello y estoy muy feliz de regresar de nuevo allí con la Yamaha, pero en condiciones de seco parece que no somos lo suficientemente rápidos como para vencer. Antes de intentar ganar tenemos que intentar ser más rápidos".

Lo quiera o no, y después de ver sus resultados de este año en el esperado regreso a Yamaha, la carrera de Mugello se presenta como una especie de ser o no ser para él y sus numerosísimos incondicionales de todas las partes del planeta. Dicho de otra manera, un ahora o nunca, porque si no gana en el GP de Italia, donde lo ha hecho en nueve de los diecisiete grandes premios en los que ha tomado parte, empezará a ser complicado pensar que podrá hacerlo en otro sitio en circunstancias normales de carrera.

Hubo un tiempo en el que el precioso trazado italiano enclavado en el Valle de la Toscana era su jardín particular, llegando a acumular hasta siete victorias consecutivas en la clase reina, entre 2002 y 2008, ambos incluidos, y eso es algo de lo que sólo él puede presumir, porque Casey Stoner, que iba camino de algo parecido en Phillip Island, se quedó en seis antes de su retirada, de 2007 a 2012.

El Doctor comenzó muy bien la temporada, con un prometedor segundo puesto en Qatar, por detrás de su compañero de equipo Jorge Lorenzo, que ha ganado los dos últimos años en Mugello. Sin embargo, luego sólo fue quinto en Texas, cuarto en Jerez y el citado anteriormente duodécimo de Francia, para un total de 47 puntos y el quinto puesto en la clasificación general del Mundial. Resulta que esos números son clavados a los de sus primeras cuatro carreras con la Ducati, en 2011, y ya se sabe cómo acabó la historia

Ahora, sin embargo, queda un halo de esperanza, porque si Rossi sigue siendo Rossi, que para muchos aún lo es, Mugello debería ser el punto de inflexión si todavía sueña con aspirar al título. Ya es tarea difícil a día de hoy, porque está a 36 puntos de Dani Pedrosa, líder de MotoGP, con el que pierde una media de nueve puntos por carrera, pero otro pinchazo en Mugello supondría el adiós definitivo al título y un brusco encontronazo con la realidad para su legión de seguidores. Italia marcará el resto de su temporada. Buena suerte, campeonísimo.