La grave explosión de West no afectará al gran premio

Vaya semana tan desafortunada que ha escogido MotoGP para visitar Estados Unidos y estrenarse en Texas. A los problemas de seguridad derivados por el atentado en la maratón de Boston del pasado lunes, se ha sumado la devastadora explosión la noche del miércoles en una planta química de fertilizantes en West, unos 200 kilómetros al norte de Austin. La cifra de víctimas está por determinar, porque hay muchos desaparecidos, pero lo sucedido, aun siendo lo menos importante, no pone en peligro la disputa del gran premio en el circuito de Las Américas, según garantizó ayer su presidente.

“El incidente que ha sucedido en West ha sido un desastre para toda la gente que se ha visto afectada, pero está bastante lejos del circuito y no afectará al desarrollo de nuestro gran premio en absoluto”, aseguró Steve Sexton, para añadir que las víctimas serán recordadas antes de las carreras del domingo: “Vamos a hacer un minuto de silencio en memoria de las víctimas”.

Entre Dorna y el circuito van a estudiar más posibles medidas, escuchar lo que las autoridades correspondientes digan al respecto y velar por la seguridad, ya que el atentado de Boston provoca que las alertas estén más sensibles que nunca.

Lo que seguro funciona bien en COTA es el sistema anti incendio. La noche del miércoles al jueves saltó al detectar un cortocircuito en una batería de litio que se estaba cargando y evitó así un incendio seguro en el box del Yamaha Tech. Eso sí, quedó empapado su box y los del Yamaha, LCR Honda y Cardion, estropeándose ordenadores, monitores y demás componentes electrónicos, pero no las motos y no debe ser un impedimento para hacer una buena carrera.

Sin duda, pecata minuta comparado con lo sucedido en West, algo que ha causado conmoción en el paddock. “Estamos todos conmocionados. Es muy fuerte lo que ha pasado y ha sido a pocos kilómetros de aquí. Y también está el atentado de Boston... Una pena y espero que no suceda nada más”, asegura un Lorenzo que tuvo un sobresalto en su hotel por la mañana: “Avisaron por megafonía de un incendio y dijeron que nos mantuviéramos haciendo vida normal, que no pasaba nada. Pero claro, al oír eso te pones en alerta… Y lo del box, ha sido una suerte que haya pasado aquí, porque está muy preparado. Si hubiera pasado en otro, quizá nos quedamos sin correr…”.