FÓRMULA 1
Diversas asociaciones piden que no se celebre el GP de Bahrain
Grupos de derechos humanos envían una carta y Bernie Ecclestone pide a los periodistas extranjeros que cuenten “la verdad”. El gobierno intenta aparentar normalidad.
Van vestidos de blanco y rojo con el emblema del gran premio, ellos vigilan, ellas sonríen, ¿usted es de la Fórmula 1? Ante la evidencia piden al invitado pasaporte y acreditación. Lo hacen con algunos. El periodista es llevado a una habitación presidida por fotos de algunos de los dueños de este país donde pronto entran otros colegas, los de la Sky Sports Italia.
Media hora después me dejan ir, pero una amable señorita me acompaña hasta el taxi donde le indica al chófer el hotel, ‘que vaya directo, por favor’ ordena con mando y después vuelve a aparecer la sonrisa. El gobierno de Bahrain quiere tener controlado a todo aquel que tenga algo que ver con el gran premio de Fórmula 1.
Si es periodista más. “Espero que digan la verdad de lo que pasa en Bahrain, sólo les pido eso”, exclama Bernie Ecclestone desde las páginas del Gulf Daily News, el diario que se autoproclama la voz de Bahrain junto a un reportaje en el que se habla de todo lo bueno que la F-1 representa para este reino del Golfo Pérsico.
Este periodista de AS estuvo retenido por las tropas del ejercito de aquel país durante más de dos horas por hacer fotos de las protestas mientras dos mandos discutían si llevarme a una comisaría de Policía o directamente a la cárcel. La aparición de uno de sus superiores zanjó el asunto para bien ante la promesa no cumplida de informar sólo y exclusivamente del resultado de la carrera del domingo.
Hace un años sólo algún suceso con mecánicos de Sauber y Force India influyó a la caravana de la F-1. Sin embargo la represión existía en protestas diarias cerca del circuito. Ahora con el gran premio cerca se intensifican, a pesar de los esfuerzos y las sonrisas.