Simón a Stoner: “La gente no se ha olvidado de Simoncelli”

La tranquilidad que impera durante la cuarentena de MotoGP, esos dos meses de inactividad de diciembre y enero, se vio alterada el pasado domingo con las declaraciones desde Australia de Casey Stoner. Además de confirmar que su retiro se verá animado por la participación en carreras de cuatro ruedas de la V8 Supercars, despotricó una vez más contra el Mundial de motos, algo que empieza a tener eco entre sus antiguos compañeros.

El primero en responderle ha sido Julián Simón, desde los micrófonos de la Candena SER. El toledano fue tajante al comentarle que el australiano, entre otras lindezas, dijo que “había una falta de respeto de mucha gente en torno a ese deporte y no me gustaba la dirección que estaba tomando. Perdimos un piloto hace un par de años (en referencia a Marco Simoncelli) y al mes era como si nada hubiera sucedido. Quieren ver tortazos y golpes sin darse cuenta de que nuestras vidas están en juego. Nos convertimos en marionetas en ese mundo que nada tiene que ver con las carreras”. La respuesta del piloto de Moto2, que este año correrá con la Kalex del Italtrans, fue tan educada como clara: “La verdad es que no comparto esa opinión de Stoner. No creo que la gente se haya olvidado de un piloto como Simoncelli… ni tampoco de un Tomizawa y un Kato, y esperemos que nunca tengamos que volver a hacerlo. No lo entiendo. Stoner ha hecho mucho por las motos, pero las motos también han hecho mucho por él y creo que tarde o temprano Stoner volverá a pilotar una moto en el Mundial de MotoGP. Si no es de forma oficial sí de manera esporádica. Ya lo veréis”.

Los ataques del australiano contra el campeonato que le ha dado gloria deportiva y económica son una constante desde hace tiempo, pero Carmelo Ezpeleta, el Ecclestone de las motos, prefiere no entrar al trapo. “Dos no discuten si uno no quiere”, suele decir con frecuencia Ezpeleta cuando se le pregunta por los desaires del bicampeón, que ha debido olvidar también que este mismo campeonato invirtió entre seis y siete millones de euros para que él pudiera hacer carrera hasta que Ducati apostó definitivamente por él, en 2007, financiando sistemáticamente los equipos en los que había corrido previamente.